La crisis por la que atraviesa el sector de la automoción, producto de la crisis económica, no parece preocupar de manera especial al presidente de Ceaga Antonio Vega. Es consciente de las dificultades, pero espera que se remonten a lo lardo del primer semestre de 2009.

- ¿Cómo se ve desde Ceaga al sector en este momento?

- Se ve con grandes retos. El sector del automóvil aunque a nivel mundial está creciendo, sobre todo los países emergentes como Brasil, China y Rusia, en Europa occidental hay una situación de producción estancada y en los últimos meses se está reduciendo. A esta situación hay que añadir los efectos de la crisis, y todo ello provoca que volúmenos de producción en los próximos meses estén a la baja. Pero

nosotros somos optimistas en el futuro a medio plazo. Vigo y Galicia están llamados a seguir siendo unos actores relevantes en la producción de coches en Europa. Nuestro reto ahora es que seamos líderes europeos en competitividad, que será la única manera de garantizar nuestro futuro.

- ¿Cuándo habla de medio plazo, a qué tiempo se está refiriendo?

- Yo confío que sea a lo largo del primer semestre de 2009.

- ¿La caída de ventas en España es debido a la crisis o a que el sector maduró mucho?

- El sector resiste bien. Hay unas bajadas a corto plazo en todos los fabricantes implantados en España y en el extranjero, que nos van a impactar en los niveles de actividad y en los de resultados. Pero hay un aspecto especialmente negativo, como es el impacto de los costes de materia prima, como el acero, derivados del petróleo y energía. Estamos soportándolos y no somos capaces de repercutirlo, lo que erosiona nuestros resultados. Y España tiene otra dificultad añadida, ya que tenemos un diferencial de inflación muy importante con respecto a países de nuestro entorno. Un punto de inflación suplementario al resto es un punto de competitividad que perdemos de manera automática.

- Citroën perdió un 13% en el primer semestre y tomó medidas de reducción para el segundo, que pueden ser todavía más severas. ¿Cómo puede afectar al sector de componentes en Galicia?

- La industria de componentes se verá obligada a adaptar sus niveles de producción a los niveles de demanda de sus clientes. Es evidente que nosotros no fabricamos un componente si no hay un coche que lo monte

- ¿Cree que habrá regulaciones de empleo, situaciones límite desconocidas en los últimos tiempos en la automoción?

- No lo creemos, aunque éste es un análisis que tendrá que hacer cada una de las empresas en función de sus capacidades de adaptación a la demanda y en función de la flexibilidad laboral que tenga conseguida dentro de sus relaciones laborales. Estos días se ha puesto de manifiesto que la necesidad de adaptar nuestro sistema productivo a una demanda cambiante es un asunto imperioso. Y lo que está pasando estos meses nos lo demuestra.

- ¿Cómo podría calificar la situación actual del sector?

- En el corto plazo no veo catástrofes. Lo que sí veo es que tenemos que trabajar cada vez más rápida e intensamente en mejorar la competitividad y para eso el uso de herramientas probadas y avanzadas es algo completamente necesario. Estos sustos que nos vienen de vez en cuando, nos tienen que hacer reflexionar en que la tarea de mejora la tenemos que hacer día a día. No es algo que debamos hacer en un momento determinado de manera radical y cambiar completamente las cosas, sino que debemos hacer como una dinámica cotidiana para que cada día estemos un poco más adelante.

- Estos días estuvieron explicando a las cúpulas de los sindicatos y en Citroën el sistema Lean Manufacturing. ¿En qué consiste?

- Básicamente consiste en un sistema que busca hacer lo justo y necesario . Se trata de eliminar todo aquello que no genera valor añadido, todos los excesos de material que consumimos y que pueden ser ahorrados, los excesos de transportes, de embalajes y de retrocesos de falta de calidad. Y todo eso está basado en un conjunto de herramientas organizativas y técnicas. Esta metodología está implantada en todo el mundo y es la única de éxito probado para garantizar una competitividad de manera sostenida.

- ¿Qué beneficios supone para las empresas?

- Sobre todo una competitividad creciente. Seremos capaces de hacer lo mismo que estamos haciendo ahora con menos recursos. Tirando menos material, teniendo menos problemas de calidad, movimientos de materiales más pequeños y menos retrocesos. Seremos capaces de optimizar la misma cantidad de producto de ahora con menos componentes, con menos elementos y con menos costes. Esto nos permitirá ser más competitivos, porque a igualdad de implantación de sector de automoción de Galicia seremos capaces de fabricar más. Y eso hará que nuestra competitividad sea creciente. Los excedentes de capacidad los podemos utilizar para fabricar más productos, más componentes y exportar más.

- ¿La aplicación es inmediata?

- Sí lo es, pero se trata de una dinámica que tiene que dar resultados mañana pero de manera continuada.