-¿Por qué le gusta tanto la carrera que hizo en Vigo?
-Está muy bien, tienes muchas prácticas, algunas en barcos, y es una carrera muy entretenida desde todos los aspectos.
-¿Cómo llevó lo de estar embarcada tanto tiempo?
-Muy bien. Incluso mi jefe me decía que era raro que no me mareara, siendo de tierra adentro. De hecho, nunca me mareé en el oceanográfico que nos llevó hasta el lugar donde teníamos que investigar. Hubo unos días con un oleaje bastante fuerte, y muchos de los que estaban en el marco se marearon, incluido el jefe de la campaña. Mi jefe y yo fuimos los que mejor soportamos todo eso entre todos los científicos porque el resto lo pasó mal con el mal tiempo.
-¿Qué fue lo que más le gustó de esa experiencia?
-Me gustó mucho el ambiente que había en el barco. Realmente, trabajar, trabajas un montón, pero como es algo que te gusta, aprendes mucho. Te enseñan a coger adecuadamente las muestras porque el material que estudié para mi tesis ya estaba en el laboratorio, pero en este caso eras tú la que lo recogías. Ver como se trabaja verdaderamente en la mar es muy interesante. Además, conoces gente de otros países y, como te decía, aprendes mucho de lo tuyo.
-¿Qué le gustaría hacer a partir de ahora? ¿Quiere seguir centrada en la investigación o piensa cambiar de objetivos?
-La investigación en España depende mucho de si hay proyectos o no. Entonces, igual trabajas un año y, de repente, estás en el paro porque nunca sabes cuánto va a durar la cosa. Desde luego, mientras pueda pienso seguir por aquí con la investigación porque es lo que más me gusta, y pienso que es algo muy necesario. A ve si podemos quedar en Vigo porque tenemos un buen grupo de trabajo. Lo de la docencia llegaría con el paso del tiempo, pero prefiero seguir con la investigación porque te permite viajar, algo que siendo joven te llama mucho más.
-¿No se ve entonces metida en un laboratorio o en un despacho trabajando en lo suyo?
-Ya digo que lo que me tira más es poder hacer uno o dos viajes al año porque conoces gente y sitios mientras te sigues formando como científica. Hay que tener en cuenta que en el viaje del que te hablaba antes estudiamos las nueve especies conocidas hasta ahora en el océano Atlántico nororiental, descubrimos cuatro nuevas para la ciencia, entre las que se encuentra la que lleva el nombre de mi abuela Leonisa, y además presentamos una guía para la identificación de las especies en esa zona. Estuvo muy bien.
