- Viendo un poco a la grada, en el último partido en Pasarón les recibieron y despidieron con aplausos. ¿Esperan lo mismo este domingo?

- Yo no soy nadie para decir a la gente lo que tiene que hacer. Pero es cierto que cuando la gente aprieta, eso a nosotros nos hace seguir apretando y el rival al final solo puede aguantar el resultado porque nosotros vamos con todo. Al final la gente nos ayuda un montón en ser intensos y continuar peleando por marcar gol. Más allá de los resultados, las sensaciones del equipo están siendo buenas y me parece que hay que animar a la gente a seguir así.

- La presidenta dijo hace unas semanas que si la situación no cambia en los próximos partidos, habría cambios en el mercado invernal. ¿Eso les presiona aun más que los propios resultados?

- A mí personalmente no. Yo la presión normalmente me la suelo meter a mí mismo. Yo siempre quiero marcar porque sé que soy capaz de hacerlo y porque así ayudo al equipo. El asunto de los fichajes no me compete a mí, yo me mantengo al margen de todo eso y no me supone ninguna presión añadida

- ¿Qué le diría a toda esa gente que dice o puede pensar que los jugadores le pueden estar haciendo la cama al entrenador?

- Desconozco qué puede pensar la gente después de que nos remonten tantos partidos al final, pero te aseguro que el vestuario es una auténtica piña y al entrenador nadie lo discute. Lo que ha conseguido aquí, lo que hablo con la gente de la afición y lo que se habla dentro del vestuario es todo que estamos cien por cien con el entrenador. Vamos a sacar esto adelante todos, junto con Luisito, eso está claro.