Llegó, vio y venció, así se puede resumir el trabajo realizado por Óscar Guimeráns en su primera temporada como entrenador del Pontevedra juvenil, ya que el domingo consumó el ascenso a División de Honor tras la victoria de su equipo en A Coruña frente al Deportivo B.

El joven pontevedrés, que había dirigido en la pasada campaña al Portonovo, logró el anhelado regreso del equipo a la máxima categoría, del que destaca "el juego colectivo y el gran grupo humano que había en el vestuario, eso fue fundamental para culminar este éxito".

Admite un bajón de resultados en su andadura al señalar que "en la primera vuelta, en noviembre y diciembre, no tuvimos buenos resultados, a pesar de que estábamos jugando bien. Ya en la segunda todo nos fue mejor y remontamos posiciones en la tabla".

Sobre el grupo que entrena y su futuro, Óscar considera que "en el equipo tenemos jugadores con mucho futuro. Con trabajo hay varios que pueden ser interesantes. Si se cree y apuesta por ellos, creo que pueden llegar arriba".

De cara a la próxima campaña, el técnico considera que "es necesario apuntalar varios puestos, sobre todo en defensa, pues pasan de edad Fabeiro y Pacheco, también en ataque, ya que se va Lezcano, como Moncho. Con siete u ocho retoques se pueden hacer un equipo muy competitivo".

Guimeráns, que llegó al primer equipo del Pontevedra muy joven, entiende que "en esta categoría se van a poder curtir, ya que se enfrentarán a los mejores futbolistas a nivel nacional y eso les puede ayudar a dar el salto de categoría".

La intención es que el próximo partido, que será el último de liga ante el Villalbés, que también está ascendido, se dispute el sábado en el Estadio de Pasarón para que puedan celebrarlo con la afición.