El atletismo está de moda. Y así lo demostraron los más de 700 deportistas que se acercaron en la tarde de ayer a la parroquia pontevedresa de Campañó para participar en la décima edición de la carrera pedestre allí organizada.

Dio igual la dureza de un circuíto de 8,5 kilómetros para el colectivo senior. Los pontevedreses demostraron que el "running" es un hobbie (y no tan hobbie) interiorizado en muchos de ellos e hicieron gala de su fondo físico para completar la cuarta prueba del calendario de carreras pedestre de Pontevedra.

De cara a esta edición, la organización recuperó la cuesta del descanso eterno, en el cementerio, famosa por las dificultades que conlleva. Esa nueva reincorporación a un trazado por el que los participantes tuvieron que dar dos vueltas hizo todavía más complicada una prueba que finalizó con tiempos muy competitivos. La cabeza de carrera demostró que la prueba era para todo tipo de deportistas, pero llama la atención de los semiprofesionales.

Antes del evento senior, hubo lugar para la participación de los niños, que tuvieron su particular recorrido y demostraron que también están interesados en el atletismo.