Cuando comenzó la temporada, allá por el mes de septiembre, pocos podían predecir un final como este para el Teucro, con un ascenso holgado a dos jornadas del final de la liga y de forma directa gracias al primer puesto.

Pero los azules han sabido crecer, conjuntarse e ir armándose poco a poco para conformar un grupo magnífico que durante 23 jornadas consecutivas arrasó en la liga, sin perder un solo partido y poniendo todos los pilares para un ascenso que llegó precisamente una semana después de volver a conocer la derrota.

Pero la temporada no arrancó siendo el "paseo militar" que después ofrecieron los guerreros azules a base de esfuerzo y garra. Dos derrotas en las tres primeras jornadas hicieron pensar que este año en Plata iba a ser mucho más duro de lo esperado. Zamora se impuso en la primera jornada a los de Quique Domínguez, posteriormente el club pontevedrés ganó su primer partido liguero en casa al Covadonga en su exilio al pabellón de Príncipe Felipe debido a las obras en el Municipal para después volver a caer en Madrid ante el recién ascendido Carabanchel.

Fueron momentos duros para la parroquia azul. Quique Domínguez demostró en esos momentos temple y salió a la palestra para pedir paciencia para su equipo, calma para que todos sus jugadores tuviesen tiempo de conjuntarse para formar el equipo unido e intenso que después demostró ser. Y no se equivocó, el tiempo dio la razón al técnico y el sábado volvió a celebrar su segundo ascenso como técnico teucrista en tres años siendo además un rodillo en casa, de donde solo el FC Barcelona B ha conseguido sacar un punto.

Juventud y veteranía

El futuro del Teucro está más que garantizado. Con la situación institucional y financiera cada vez más estabilizada, el equipo puede afrontar el año que viene la permanencia en Asobal con mayores garantías que la temporada pasada y los mimbres de la que será la nueva plantilla están más que puestas.

La planificación de esta temporada ha sido ideal, intercalando a gente veterana y de quilates como Dani Hernández, Carlos García, Lloria o Santana con otros jugadores Sub23 a los que se les augura un futuro más que prometedor. Uno de ellos, el central Borja Méndez, estará con las categorías inferiores de la selección española para jugar el torneo IV Naciones. A todos estos jugadores se unen otros de peso en el club que ya vivieron el último ascenso o el año en Asobal como Pichel, Iván Fernández, Edu Moledo o José Rial. En definitiva, un plantel más que compensado al que deberán hacer muy pocos retoques para conformar el grupo que aspire a la permanencia en Asobal la temporada que viene.