El Juez Único de competición de la Real Federación Española de Fútbol ha decidido desestimar el recurso presentado el pasado lunes por el Pontevedra para dejar sin efecto sancionador la tarjeta roja directa que vio Miguel Loureiro y la quinta amarilla de Javi Bonilla durante el partido que el pasado domingo por la mañana les enfrentó al Osasuna B en el Tajonar.

A pesar del apoyo de las pruebas videográficas presentadas por la entidad granate, desde el comité arbitral no tienen en cuenta el recurso al alegar que "el árbitro es la autoridad deportiva única e inapelable en el orden técnico para dirigir los partidos, por lo que no es posible revocar una decisión arbitral invocando una discrepancia en la interpretación de las Reglas del juego ". Además sostiene que las imágenes de las dos acciones en el vídeo "resultan compatibles con la descripción de los hechos que se contiene en el acta arbitral".

En el caso de Miguel el acta arbitral recoge que "fue expulsado por el sujetar a un rival dentro del área, derribándolo, abortando con su acción una manifiesta y clara ocasión de obtener un tanto por parte del equipo contrario". Mientras que en el de Bonilla la acción castiga con tarjeta amarilla fue por "simular haber sido objeto de infracción".

De este modo los dos futbolistas deberán cumplir sendos partidos de sanción este domingo en el choque de la jornada 31 que el Pontevedra jugará en Pasarón ante el Tudelano, quien también tendrá una baja importante en este partido al recibir un partido de castigo su central titular Corral por la roja que vio en Vigo en la derrota contra el Celta B.

La ausencia de los dos laterales titulares para el próximo encuentro deja los flancos defensivos muy tocados y a Luisito en la obligación de alinear a un once totalmente novedoso en Pasarón. El capitán Adrián Gómez volverá a ser titular previsiblemente y jugará su primer partido en casa en toda la temporada luego de solo haber intervenido este año en liga en los campos de la Cultural Leonesa, de la Mutilvera y del Osasuna B.

Con Adrián previsiblemente ocupándose de la banda diestra, es el puesto de lateral zurdo el que dará un dolor de cabeza más grande al entrenador de Teo. En la anterior ausencia de Bonilla por acumulación de tarjetas fue precisamente Miguel quien jugó a pierna cambiada. Por experiencia en el puesto Bruno sería el principal candidato al puesto, algo que obligaría a Luisito a romper la pareja de centrales habitual y retrasar a uno de sus mediocentros a la defensa como ya hizo en Pamplona con Jacobo Trigo, o bien dar entrada a Capi en el once.

Otra de las posibles variantes que le ofrece el actual plantel al entrenador teense es la de probar con alguien de un perfil mucho más ofensivo como Álex González ejerciendo de carrilero tal y como ya hizo la temporada pasada con un jugador vertical y de ataque como ex el hoy futbolistas del Ribadumia, Anxo. En cualquier caso esta posibilidad no ha sido probada antes por el Pontevedra en ninguno de los partidos anteriores ya que Bonilla ha jugado la práctica totalidad de los encuentros del Pontevedra de esta campaña a excepción del de León.

Diferente criterio

Quien sí ha tenido mejor suerte en la presentación de su recurso esta semana es uno de los principales rivales del Pontevedra en la lucha por la cuarta plaza de la clasificación, la Sociedad Deportiva Ponferradina.

Los bercianos presentaron un recurso a la expulsión por roja directa de uno de sus jugadores clave en el once como es Alejandro Chavero. El mediapunta fue expulsado en el minuto 20 contra el Palencia por lo que el colegiado interpretó como una agresión, por lo que tenía muchas opciones de perderse incluso el partido de dentro de dos semanas ante el Pontevedra al ser castigadas este tipo de acciones frecuentemente con un mínimo de dos partidos.

La tarjeta roja quedó finalmente sin efectos y Chavero estará disponible para su nuevo entrenador, Miguel Ángel Álvarez Tomé, para ser de la partida ya ante el Celta B en Vigo este fin de semana al estimar el juez que el jugador actuó "instintivamente" y "sin ánimo agresor" al existir un atenuante por provocación previa de un rival.