Veinticuatro muertos al estrellarse en Los Andes, a unos 350 kilómetros al sur de Santiago de Chile, un avión, en el que viajaba el equipo Green Cross. El equipo regresaba de jugar un partido y su idea era dividir al equipo en dos mitades. La mayoría eligieron la opción que implicaba regresar a Santiago de Chile sin hacer escalas. Nadie sobrevivió. Entre las víctimas, ocho futbolistas. Se tardó cinco días en encontrar el avión que se estrelló en el Cerro Las Ánimas, a más de 3.000 metros de altitud.