El cambio de escenario tampoco le ha venido bien al Pontevedra B, que después de cosechar hace quince días la primera derrota en casa, abandonó el césped artificial de Príncipe Felipe para jugar ayer en el natural de A Seca, en Poio.

Las nuevas características del terreno de juego no fueron tampoco favorables para que los de Santi Mariño se hiciesen con los tres puntos y ya son siete las semanas consecutivas que acumulan sin conocer la victoria tras su empate sin goles. Ayer un Candeán que venía de salir fuertemente goleado en casa ante el Gran Peña, puso el cerrojo atrás para volver a la línea de solidez defensiva que venía mostrando antes de la última goleada, y unos y otros firmaron unas tablas que no dejan a nadie contento.

Derrota juvenil

Tampoco le han ido mejor las cosas a los jugadores del equipo juvenil, que el sábado sufrieron un inesperado y doloroso tropiezo en Lugo ante el filial lucense (3-2).

Los de Óscar Guimeráns empezaron el encuentro ganando gracias a un tempranero gol de Antonio Vázquez a los ocho minutos que hacía presagiar un partido plácido para los visitantes. Pero nada más lejos de la realidad. En la segunda parte el Lugo B consiguió el empate a los dos minutos de la reanudación y superada la hora le dio la vuelta al marcador tras transformar un penalti. Las prisas por buscar el empate le dieron la oportunidad a los lucenses de ampliar todavía más su ventaja con el 3-1 a dos minutos del final. Ya en el añadido, Lezcano pudo maquillar el resultado para el 3-2 definitivo.