En Pasarón no se recuerda cuando fue la última vez que un partido se daba por finalizado y el silbato del colegiado indicando el final no significase el pistoletazo de salida de decenas de aficionados saltando al campo para abrazar a los jugadores.

El club se ha encargado en las últimas semanas de recordar a través de la megafonía del estadio que saltar al campo trae consecuencias económicas en forma de multas y ayer por fin consiguieron persuadir de saltar al césped. Hizo falta, eso sí, contratar un servicio de seguridad extra para impedir que nadie se saltase la norma y evitar a toda costa una nueva sanción administrativa por parte de la Federación Española de Fútbol.