- Sobre el campo se le ve cómodo con esa exigencia en el trabajo defensivo ¿Estaba acostumbrado a ese trabajo más oscuro o lo ha afilado aquí?

- Hombre, yo sabía dónde me metía, sabía del estilo de Luisito. Aunque no estuviera acostumbrado a trabajar tantísimo, algo lo hacía ya en los otros equipos, sabía que él te exige tanto defensiva como ofensivamente. Aquí es un poco más acentuado ese trabajo, porque hay que estar, como dice él, "en el aire" (ríe) y hacer todo lo posible para tener minutos

- Usted llegó a debutar en Primera, y se le ven detalles propios de un futbolista especial, de cierto vuelo ¿todavía piensa en otras metas

- Cualquier futbolista que esté jugando en una categoría como Segunda B quiere crecer y alcanzar lo máximo, lo mejor posible. Yo también tengo que ser realista. No soy viejo, pero tengo 27 años y para mí lo primordial es hacerlo bien en el Pontevedra, después el futuro dirá. Estoy muy a gusto aquí, me gustaría conseguir algo importante con este equipo y todo lo que venga ya vendrá.

- En los dos años que van del 88 al 89 nacieron en A Coruña usted, Pedro Mosquera, Lucas Pérez y Juan Domínguez ¿qué pasó en A Coruña entonces? ¿Qué hacían sus padres?

- (Ríe) Creo que eso son generaciones. Fue una pena porque en el Deportivo no cuadró que estos años miraran a la cantera. El Celta también ha tenido unos años muy buenos y ha tirado más de ella. Eso va por generaciones. Sería bonito que los clubes gallegos apostaran por la gente de aquí, pero al final, por diversos motivos, no es así. Los que estamos aquí no le tenemos nada que envidiar a la gente de fuera, es solo apostar por la gente de casa.