Iago Aspas lo confesaba completamente exhausto antes de entrevistarse el pasado fin de semana con este periódico: "Ésta es la pretemporada más dura que he sufrido en toda mi vida. Estamos agotados". El delantero moañés confirmaba así la nueva vuelta de tuerca a la ya muy exigente preparación física de anteriores campañas que el Pablo Fernández, el Profe, ha imprimido a la puesta a punto del equipo para el curso 2016-17.

El grupo de Eduardo Berizzo ha sido, junto al Valencia, el más madrugador de la Liga en regresar al trabajo. Mientras la mayoría de los equipos acaban de comenzar los entrenamientos, los celestes llevan diez duros días de trabajo en los que acumulan nada menos que 17 sesiones de entrenamiento de intenso componente físico que el preparador céltico ha ido alternando con ejercicios con balón y partidos en espacios reducidos.

La idea es la misma que la de las últimas temporadas: que el equipo llegue a las primeras jornadas de liga en muy buenas facultades físicas para empezar la competición con la mayor intensidad posible. Esta misma estrategia le ha dado excelentes resultados a Berizzo en sus dos primera campañas al frente del banquillo celeste. Hace dos años el conjunto celeste permaneció invicto las siete primeras jornada de Liga; el pasado curso sumó nueve partidos sin perder -hasta la visita del Real Madrid en Balaídos- ganando a rivales de tanto fuste como el Sevilla, el Villarreal o l Barcelona, a la postre campeón de Liga, que se llevó en el coliseo vigués la goleada de la temporada (4-1).

La actual temporada introduce un nuevo factor en la ecuación. La disputa de la UEFA Europea League (UEL) incrementará sustancial el número de partidos y obligará al equipo celeste a repartir el esfuerzo entre tres competiciones desde mediados de septiembre, mes en el que se iniciará la nueva andadura europea. En Europa, el Celta disputará un mínimo de seis partidos y un máximo de catorce en un función del recorrido que tenga en el torneo. Y en los meses en los que haya descanso en el continente, entre diciembre y febrero, será el turno de la Copa del Rey, una competición que el pasado curso dejó un gran sabor de boca con la clasificación del Celta para semifinales. De modo que, a poco que vayan bien las cosas y salvo en las semanas en las competiciones de clubes paren por compromisos internacionales, el ritmo de competición será durante muchos meses de un partido cada tres o cuatro días.

Pero la pretemporada 2016-17 no solo es la más exigente de los últimos años. También es la más atípica con la doble gira que el Celta celebrará por Uruguay e Italia y la ausencia de torneos veraniegos en Vigo por culpa de las obras del estadio de Balaídos.

Después de tres años ya sin que se dispute el Ciudad de Vigo que habitualmente organizaba el Concello, este verano tampoco se jugará el Memorial Quinocho, el torneo que tradicionalmente servía de presentación del equipo ante la afición, ante la imposibilidad de disponer del campo. El Memorial Quinocho, de hecho, se ha sustituido este año por un amistoso en Alemania contra el Eintracht de Frankfurt.El único choque que se disputará en Vigo se celebrará mañana, a las 20.00 horas en Barreiro, frente al Lugo de Luis César, de Segunda División.