Óscar García Juncal cumplió en el derbi del pasado domingo en Baltar de Arriba ante el Portonovo una vuelta completa al frente del Xuventude Sanxenxo.

El técnico de Moaña ya había formado parte de la familia amarilla con anterioridad, ya que fue bajo su dirección cuando los de Sanxenxo consiguieron el ascenso a tercera hace dos temporadas.

En este retorno a la casa lilaina, se encontró con un objetivo mucho más austero, evitar el descenso y salir de la zona baja en la que el equipo se encontraba sumido bajo la dirección de Salva Tomé a comienzos del año .

García tomó las riendas del Xuventude para dirigir su primer encuentro el 15 de noviembre, cita en la que sus jugadores debían recibir en casa al USD O Grove y en la que no pudo cuajar su mejor debut al perder por un resultado mínimo de 0-1.

Diecinueve jornadas después el equipo tiene 28 puntos más, está cinco puestos por encima que a su llegada y tiene los puestos de descenso directo a 13 puntos (diez más que cuando fue nombrado técnico).

Su balance en esta vuelta completa en la que ha dirigido al Sanxenxo es de ocho victorias, cuatro empates y siete derrotas. Tras un comienzo algo dudoso, sus pupilos empezaron a carburar dos semanas después de su llegada y, sobretodo, con el inicio del nuevo año llegando a encadenar entre diciembre y mediados de febrero nueve jornadas consecutivas sin conocer la derrota en la que los amarillos se acercaron incluso a los puestos de promoción de ascenso.

Hoy la situación no es tan favorable. Tras cuatro puntos conquistados de los últimos 21 posibles, el Xuventude ha perdido algo de fuelle en la competición y necesita todavía lograr al menos seis puntos más para conseguir materializar su objetivo sin preocuparse por los posibles arrastres que pueda haber derivados de los hipotéticos descensos de equipos gallegos en Segunda División B.