Portonovo y Sanxenxo volvieron a firmar las tablas en el partido de la segunda vuelta de la liga. Fue un partido mucho más vistoso que el de la primera parte de la liga, en la que las ocasiones y el fútbol brillaron por su ausencia.

Pero la principal diferencia de este derbi con respecto al de la primera vuelta reside en los banquillos de ambos conjuntos ya que ni amarillos ni arlequinados mantienen a los entrenadores que se dirigieron a sendos equipos en la ida de Baltar.

Si en el lado amarillo Óscar García tenía un partido especial por completar una vuelta completa con el equipo, en el lado del Portonovo el protagonismo todavía escondía más morbo pues Óscar Guimeráns se sentaba en el banquillo visitante de Baltar de Arriba tan solo unos meses después de colgar las botas mediada la competición y vistiendo la camiseta del eterno rival.

Para el técnico se trató de un partido de sensaciones encontradas y "un poco extraño, aunque me hubiera gustado vivir el derbi de otra manera y no con los dos equipos jugándonos el descenso, mejor estando en una zona más tranquila o peleando por otros objetivos. Quitando ese aspecto, fue mi primera experiencia como entrenador en el derbi y la valora como muy bonita".

En cuanto al partido, Guimeráns vio un duelo "bastante igualado. En la segunda parte dominamos bastante y quizás podíamos haber merecido más porque nos repusimos bien del gol en contra. Tras el cambio de sistema en la segunda parte tuvimos ocasiones claras para hacer el 1-2 así que nos supo a poco".

Para el técnico arlequinado el reto que tiene por delante de cara a poder salvar al equipo no será tarea fácil ya que "el calendario que nos queda es exigente, ya esta semana debemos jugar ante el líder , también tenemos que jugar ante Porriño o Arenteiro. Pienso que va a estar todo muy apretado. Espero que tanto nosotros como el Sanxenxo podamos hacer los deberes antes de las últimas jornadas para no estar pendientes de los arrastres".