El Pontevedra volvió a reencontrarse ayer con la victoria en casa ante el Izarra en un duelo que se resolvió en la primera parte con dos goles de Carnero y uno de Borjas de penalti. Los granates fueron capaces de mantener el resultado tras el descanso pese a un visible bajón de nivel que su rival aprovechó para tratar de reducir distancias.
Las numerosas bajas que arrastraba el equipo granate para esta jornada obligaron a Luisito a reestructurar su once habitual con lo que apostó por los cambios naturales en defensa introduciendo a los otros dos centrales de la plantilla, Pablo y Bruno, una pareja hasta ahora inédita esta temporada. El otro cambio a destacar y el más sorprendente fue la entrada en el once titular de Pablo Carnero, un jugador que llevaba sin partir de inicio desde la segunda jornada de liga, cuando fue expulsado en Cáceres a los 24 minutos de encuentro por roja directa.
Tras unos minutos de tanteo por parte de los dos equipos, el encuentro se decantó del lado local al decretar el colegiado una pena máxima por un derribo a Borjas dentro del área que el propio delantero canario se encargó de transformar con brillantez desde los once metros. Siete minutos después los navarros subieron el empate en el electrónico a balón parado con un remate impecable de Briñol en un saque de esquina bien puesto por Julen. La defensa pontevedresa no estuvo acertada a la hora de defender la jugada a balón parado y el central visitante entró solo desde atrás para conectar un potente remate de cabeza ante el que nada pudo hacer Edu.
El gol en contra hizo reaccionar a los de Pasarón, que hasta entonces no habían generado ocasiones destacadas al margen del penalti. Luisito envió a Borjas a la banda izquierda y a Mouriño por el centro y con ello la conexión ofensiva granate empezó a generar ocasiones y a decantar el juego de su lado.
Pasada la media hora de juego Pablo Carnero hizo el segundo en una enorme jugada colectiva iniciada por Borjas en banda y culminada por su pareja en la punta de lanza beneficiándose de un gran pase del canario con el exterior. El tercero no tardó en llegar, en una jugada extraña en la que un jugador del Izarra estaba tirado sobre el césped y el Pontevedra continuó la jugada de ataque. Parecía que iba a terminar en nada, pero lo que aparentemente era un despeje del portero Aitor Navarro para que atendiesen a su compañero, se convirtió en una asistencia de lujo para Jandrín quien cedió el balón a Pablo Carnero para anotar el tercero libre de marca.
Entre los dos goles, el autor del gol navarro, Briñol, tuvo que ser sustituido por un golpe accidental con Carnero en el que el jugador granate vio la tarjeta amarilla. Esta acción sumada a las circunstancias que rodearon el segundo tanto provocaron la indignación del banquillo visitante, cuyos miembros se encararon con el bigoleador de ayer.
Todavía hubo tiempo para más antes del descanso, pues el interior visitante Iñigo García pudo acortar distancias con un remate desde la frontal del área que golpeó en el palo cuando ya se superaban los 45 minutos reglamentarios.
Insulso segundo periodo
La segunda mitad comenzó con polémica al no ver el árbitro una clara mano de Ziganda dentro del área. Pese a este jugada, el Izarra volvió del vestuario mucho más metido en el partido y en 10 minutos ya había acumulado hasta cuatro ocasiones claras para hacer el segundo, haciendo intervenir a Edu para salvar a los suyos.
Con el centro del campo perdido, Luisito introdujo a Anxo, Pedro García y Queijeiro para recuperar el control del juego. Poco a poco el Izarra y el encuentro se fueron apagando para poner fin a una segunda mitad sin historia en la que los visitantes fueron ligeramente superiores.
