Cuando se confirmaba el histórico ascenso a División de Honor Plata, en el club eran consciente del importante reto que supondría el cambio de categoría, por lo que "disfrutar de la competición" era más que un objetivo. Sin embargo, el alto nivel deportivo que invitan a pensar que este equipo tiene hueco en Plata, pero las lagunas en el juego están penalizando en una competición muy dura, lo que se está demostrando en la tabla.

Tras ocho partidos disputados, el equipo llega al parón las competiciones internacionales, penúltimo en la tabla, con solo tres puntos y superando a un histórico como el Antequera. Sus 209 goles lo sitúan en el octavo puesto de la tabla, pero penalizan los 244 tantos en contra que lleva encajados, el segundo equipo más goleado tras el colista.

Los números reflejan una visión engañosa. Sobre la pista se puede ver a un Cisne capaz de pelear con los equipos favoritos, como el Valladolid, pero que no está teniendo la regularidad que necesita.

Sus números fueron de mejor a peor. En el primer partido de Liga, los de Edín Covelo sorprendieron a todo un Alcobendas (31-23) que venía de quedarse a un punto de entrar en los puestos de play-off a Asobal. Tras perder en el segundo partido ante el Juanfersa (31-23), conseguiría el último punto sumado hasta la joranada en el empate frente al Covadonga.

Desde entonces, el Cisne acumula cinco derrotas consecutivas que le empujan a los puestos de descenso, epatados a 3 puntos con Nava, Amenabar, y con uno de desventaja con respecto al Academia Octavio, La Roca y el Handol Bordils. En total seis equipos en un puño, por lo que los de Covelo esperan volver del descanso con la mentalidad de cambiar la racha negativa para lucar por la permanencia.

Una competición en la que no podrá contar con un de sus grandes pilares, el veterano portero Toño Lafuente, por lesión.