El Pontevedra pone fin a su racha triunfal de cuatro victorias consecutivas con un derrota en casa ante un Logroñés que se llevó los tres puntos de Pasarón con lo justo. Un rápido contragolpe riojano transformado por Titi echó por tierra el partido de los pontevedreses, que merecieron al menos el empate. Mención aparte merece la labor del colegiado Carbajales Gómez, que terminó desquiciando a afición y jugadores granates, además de al propio Luisito.

La primera sorpresa del partido llegó con la inclusión en el once del central Pablo para cubrir la baja de Campillo por sanción. El técnico no estaba contando con el defensa durante esta campaña hasta el punto de que era el único jugador de campo que no había debutado aún en Segunda B y solo había entrado en dos convocatorias desde que comenzó la liga. Hombre por hombre por lo tanto y el de Teo mantiene al resto de jugadores en el campo que le dieron cuatro victorias consecutivas, repitiendo también el banquillo por tercera jornada consecutiva.

El choque comenzó con el Logroñés dominando el juego y los tiempos del partido, demostrando tener a su rival muy estudiado y concediéndole lo mínimo. Tuvieron que pasar 20 minutos hasta ver la primera ocasión de gol, Mouriño desde la frontal del área remató ajustado y el balón se marchó a saque de esquina.

Minutos después Pasarón entero reclamó penalti en un derribo a Borjas dentro del área que el colegiado no señaló, con el consiguiente enfado de la grada, que protestó cada una de sus acciones hasta el final del encuentro, achacándole al juez excesiva permisividad con el equipo visitante. Tras esta acción Pablo tuvo en su cabeza el primer tanto después de una muy buena anticipación en un saque de esquina que se marchó por encima del larguero de la portería defendida por Miguel.

Fueron los mejores minutos de los granates en la primera mitad, haciéndose dueños del partido y anulando por completo a un rival al que no le permitieron apenas ocasionar peligro en su rápidas y verticales contras, una de las principales preocupaciones de Luisito durante la semana a la hora de preparar el partido.

El Pontevedra todavía tuvo una ocasión clara antes del descanso merced a una falta provocada por Borjas en la frontal del área que fue lanzada por Verdú muy ajustada al palo derecho de Miguel y que obligó al guardameta de los riojanos a estar muy fino tirándose a bajo para evitar que se equipo se fuese por detrás en el marcador al descanso.

La segunda mitad siguió la línea de la primera. Con las gradas cada vez más encendidas con el árbitro asturiano Carbajales Gómez, los granates llevaron el peso ofensivo y controlaron la posesión con su rival esperando el error que les diese una oportunidad a la contra. Y eso fue lo que ocurrió cuando pasaban diez minutos de la segunda parte. Kevín Presa perdió la pelota en el centro del campo y los riojanos montaron un contragolpe rapidísimo por la banda derecha que Titi se encargó de transformar sin que Edu pudiese evitarlo.

La reacción de Luisito al tanto en contra fue inmediata, introdujo en el campo a Anxo para darle a su equipo más velocidad y verticalidad. El propio extremo pudo hacer el empate a los pocos minutos de entrar, pero no alcanzó a controlar un buen pase a la espalda de la defensa. Poco después Pasarón volvió a reclamar una pena máxima sobre Jandrín.

Los dos entrenadores agotaron los cambios muy rápido por lo que los últimos quince minutos se sucedieron sin más interrupciones que las molestias de algún jugador rival. El Pontevedra siguió intentándolo hasta el final pero esta vez no acompañó la puntería y los granates sufrieron la primera derrota de octubre. Un resultado que bien podría haber sido otro si el remate de cabeza de Carnero cuando se rozaba el minuto 90 hubiese ido unos centímetros más al centro.