Milucho puede presumir de ser granate hasta la médula. Lo hizo como futbolista, y tuvo la fortuna de disfrutar del último ascenso a Segunda División B frente al Éibar. Posteriormente ocupa en varias épocas el puesto de entrenador, la última siendo presidente Nino Mirón. En la actualidad es seleccionador gallego amateur, pero además es ojeador del Villarreal en la comunidad gallega, pero el domingo no faltará a la importante cita en Pasarón en donde se enfrentará al Puertollano

- Llega la hora de la verdad, ¿cómo ve al Pontevedra para buscar el ascenso a Segunda B?

- En el comienzo de las eliminatorias nadie daba un duro por la eliminatoria, pero a base de trabajo, de hacer bien las cosas, concentración y sobre todo la relación de los jugadores con el entrenador hizo posible que estén a la puerta de ese posible ascenso. La verdad es que sigue siendo difícil, porque evidentemente el Pontevedra tiene el handicap de tener que ganarle siempre a los campeones, y este es otro más, pero en el lado positivo es que ya superó dos, y eso hace que haya que tener confianza en este grupo de jugadores, en este cuerpo técnico para pensar que se puede superar esta eliminatoria y ascender a Segunda B, que es donde por lo menos tiene que estar.

- Del equipo del que formó parte siempre se dijo que lo mejor de todo era el ambiente que había en el vestuario, ¿hay algo de similitud con la plantilla actual?

- Solo puedo hablar del que formé parte. Era un grupo de amigos, todo el mundo era de aquí. De Pontevedra, Vigo, Cangas, Caldas y los alrededores y la relación era muy buena. El fútbol se fue extendiendo a gente de afuera, y ahora mismo el Pontevedra tiene bastante gente de aquí, alguna de afuera, pero que está haciendo las cosas bastante bien. No puedo opinar del grupo humano, pero tiene que ser bastante bueno, pues sino no serían capaces de levantar el ánimo tras perder en Dorneda la posibilidad de ser campeones. Eso solo habla bien del grupo que los dirige como del que juega.

- Similitud hay alguna, pues Santos se hizo cargo del equipo en una situación parecida a la que está viviendo actualmente Manu Fernández.

- Eso es muy importante. Es un punto muy grande de implicación. La gente que es de casa conoce perfectamente lo que supone para una ciudad como Pontevedra un ascenso. Muchos proceden de las categorías inferiores y quieren aprovechar esta oportunidad para estar arriba con su equipo de toda la vida y tratan de aprovecharla. En aquel momento Fernando fue capaz de dirigir el equipo hacia arriba, y esperemos que ahora Manu siga con la misma idea y en el futuro pueda tener una trayectoria como Castro Santos.

- Usted pasó por situaciones complicadas como la que se le presenta el domingo, ¿qué le aconsejaría a los jugadores y al técnico?

- No soy nadie para dar consejos, porque en el mundo del fútbol nadie tiene la palabra de Dios, todo es relativo y las cosas marchan según los resultados que se produzcan cada domingo. Lo que está claro es que tienen que tener las cosas muy claras de lo que van a hacer. Ante el Portugalete tras el empate en Pasarón, puede que no las tuvieran, pero en Tenerife tras el resultado claro si que lo hicieron. Lo vital es no tener expulsiones, porque eso te penaliza mucho en una eliminatoria. Hay que pensar que son 180 minutos de juego, y que en ese tiempo pueden pasar muchas cosas. Ellos están en una buena dinámica, pues fueron capaces de remontar en Portugalete, jugando con mucha tranquilidad, cuando la situación se presentaba complicada, en la última eliminatoria se le puso todo de cara en el primer encuentro.

- El equipo llega a esta última eliminatoria eufórico tras los últimos resultados, pero además es consciente de que está en una trayectoria que va a de menos a más.

- Eso es vital en un play-off. Recuerdo un año en el que el Zaragoza B, jugando como quinto clasificado logró el ascenso, porque alguno de sus rivales tuvo que renunciar. Este año, el Nástic de Tarragona remontó muchas posiciones y es el más firme candidato a ascender. Todo va a depender de la ilusión que puedan tener los jugadores. A veces una buena plantilla se convierte en una banda, y en otras todo lo contrario, la ilusión hace posible lograr el ascenso.

- ¿En una eliminatoria de este calibre, la afición tiene que jugar un papel importante conseguir el ascenso?

- A la gente que acude a Pasarón hay muy poco que decirle, solo felicitarle, sobre todo a la gente fiel. Hay que pensar que en los momentos complicados, cuando el Pontevedra estaba en medio de la tabla en Tercera División, hubo ese grupo que está detrás de la portería de Norte que anima sin parar y eso me recordaba viejos tiempos, cuando la peña Peñapouco estaba allí dándole todos los días al bombo, para darle ánimos al equipo en los momentos complicados, eso es cuando más lo agradece un jugador.

- ¿Espera una buena entrada en Pasarón?

- Estoy convencido de que si no se llena, va a haber una buena entrada en el campo, en eso no hay dudas. Lo que si me gustaría es que todos los buenos aficionados del Pontevedra, que son muchos, hiciesen un esfuerzo por ir al partido, por animar al equipo, porque para el Pontevedra estar en Tercera División es muy triste para la propia entidad, porque con todo el respeto para todos los equipos que están en Tercera, hay equipos que hace años no estarían ni en Preferente. El Pontevedra se siente en muchos campos, entre comillas, "humillado" por ir a jugar ahí, y eso no es fácil de soportar, por lo tanto es importantísimo que la gente esté con el club, y que Pasarón esté a reventar esta semana.

- ¿Alguna clave en especial?

- Lo ideal sería marcar el primer gol en los minutos iniciales. Eso les daría mucha tranquilidad, pero también más confianza para buscar el segundo tanto.