El Teucro se encontró ayer con la sorpresa de que tendrá que afrontar la semifinal de la fase de ascenso frente al Bidasoa en la localidad de Hondarribia en vez de hacerlo en la mítica pista de Artaleku en Irún. El motivo del cambio está provocado porque ese mismo día se jugará en ese pabellón la final de la Copa del Rey de Fútbol Sala.

El cambio de pista propicia también un cambio de horario, ya que la primera semifinal entre los locales y pontevedreses se jugará a las 17.00 horas, en lugar de ser a las 18.00 horas. La otra, entre el Alcobendas y Puente Genil se disputa a las 19.30 horas.

En relación a esta situación, Javier Barrios entiende que "jugar en Hondarribia nos pone un poco más igualados, ya que no jugarán en su santuario. No será lo mismo hacerlo en la pista en la que juegan siempre que hacerlo en otra diferente, por mucho que la conozcan".

Reconoce el técnico teucrista que "el que no se juegue en Artaleku a nosotros no nos va a perjudicar, pero aún así habrá que jugar con los cinco sentidos y estar centrados al cien por cien para evitar disgustos". "Lo más triste de todo", admite Barrios que "se trata de un acontecimiento importante y lo normal es que se jugará en un pabellón con más capacidad que tiene el de Hondarribia".

El pabellón de Hondartza elegido por la directiva del Bidasoa tiene una capacidad para un poco más de 600 personas sentadas, y un poco más de 300 para presenciar el partido de pie, mientras que Artaleku puede acoger a cerca de 2.000 aficionados.

En el aspecto deportivo, Barrios confía en la recuperación de Miguel Porto al manifestar que "está evolucionando de forma muy favorable y confío en que pueda jugar sin problemas, es más, espero que ya comience a trabajar hoy -por ayer- y que para la semana que viene lo haga con toda la normalidad. Al principio creíamos que podría tener una lesión más complicada y que no llegase a tiempo para estar en la fase de ascenso. Para nosotros se trata de un jugador importante, sobre todo en defensa".