El técnico del Pontevedra, Milo Abelleira, reconoció ayer que su equipo no hizo el partido que hubiera deseado en la primera mitad. "El acoso de ellos, que trabajaron bien, sumado a que nuestros delanteros no estuvieron demasiado acertados en todos los controles" hicieron que los primeros 45 minutos no fueran del agrado del entrenador granate. La segunda mitad comenzó de forma diferente "y en los primeros minutos ya vimos como Javi y Stefan la tocaban bien hacia atrás y llegábamos sobre todo por las bandas de Tubo y David". "En la segunda mitad salimos mucho mejor y es verdad que nos ayudó esa expulsión que tuvimos a nuestro favor y que además fue a un jugador que nos podía hacer mucho daño", añadió. Aún así, Abelleira reconoce que el rival "volcó algunos balones sobre nuestra defensa que nos crearon algún problema", jugadas que con una distancia mínima en el marcador siempre hacen que "acabes sufriendo".

El entrenador granate cree que, pese a las reducidas dimensiones y las malas condiciones del terreno de juego, el equipo debe ser capaz de "finiquitar las jugadas arriba para sentenciar antes el partido y no tener problemas". Destacó el partido realizado por Emilio, "lo hizo muy bien y jugó con criterio el balón", y subrayó que "los ocho partidos que nos quedan son ocho finales". Abelleira recuerda que se avecinan jornadas "complicadas" ya que "nos enfrentamos a rivales de la zona media alta como nosotros".