Cazaron al cazador en O Couto. La Unión Deportiva Ourense cayó en la red del Allariz en su estreno en casa. Quiso cocinar a fuego lento al rival y acabó quemándose los dedos. En plena anestesia general por el inagotable rondo unionista, un contragolpe precedido de tres pérdidas de balón, en un ataque de suficiencia local impropio del momento, zanjó la discusión. Cada equipo creyó en su estilo, con intensidad veraniega aún, y el resultado dictó vencedores y vencidos ignorando quién construye y quién destruye, y con cuántos recursos cuenta cada uno. Son los caprichos que apasionan los domingos.

La UD Ourense ejerció un dominio monótono con el balón, que no se tradujo en grandes apuros para el portero del Allariz. Tras las primeras aproximaciones de Cristian y Rubén Durán, resueltas con comodidad por Fran, los de Antonio Dacosta perseveraron en las asociaciones, agitando el árbol, esperando la grieta en los flancos de un oponente replegado. El tronco verdinegro era robusto. Los envíos en largo de Durán, Toni o Diego Soto, sustituto de Omar en la medular, le crearon dificultades a los laterales.

Unai entró por la derecha en el 14, recortó y el pase atrás llegó a Cristian. Su remate raso fue desviado a córner por el meta. El Allariz estuvo más certero en su primera estirada. Paco y Julen condujeron una contra con remate final que Tito Currás desvió a córner. La defensa de la UD Ourense no estuvo en su sitio tras el saque y el central Barreiros ganó el rebote para abrir el marcador. No cambió nada el partido.

Pronto volvería al empate como consecuencia de otro balón parado. Cristian envió al larguero un libre directo y Durán estuvo más atento que sus vigilantes para recoger el rechace y marcar. La UD Ourense insistió en tocarla, con acceso restringido al área. El Allariz se mantuvo en sus trece, intentando apenas progresar por el pasillo central que le brindaban y con escasa iniciativa en el ataque estático. La suya era otra guerra. Mantenerse firme y generar ansiedad. Con el pitón afilado.

Antonio Dacosta recurrió a nuevos actores para refrescar el monólogo. Entraron Adrián y Hugo arriba por Unai y Xaco. En la medular, Diego Soto le cedió el testigo a Fran Martínez. En el 58, la primera clara ocasión con llegada por la derecha de Rubén Durán tras asistencia de Hugo, pero un defensa se interpuso en el pase a los rematadores.

Los dos equipos estaban enfrascados en la maduración recíproca. La UD Ourense pasándose el balón, el Allariz defendiendo casi al paso. Nadie asumía riesgos. Ajedrez con fondo verde. Las blancas intentando filtrar un balón entre la nube de rivales. Las negras esperando el desliz para golpear a la contra.

Xoel echó una buena carrera en el 72, pero no le acompañaron para aprovechar el centro de gol que se sacó. En la réplica, Cristian envió un latigazo al larguero. No se lo pensó con una volea en el vértice del área tras capturar un balón suelto. No estaba de cara la suerte.

Con el reloj achuchando, la UD Ourense subió un tono, pecando de precipitación en el remate. Cada barullo en el área se resolvía siempre de forma favorable a los visitantes. Rondaba el segundo gol, pero cayó en el área de enfrente. La jugada empezó en el campo del Allariz. Pésima gestión de una posesión ofensiva, cadena de errores buscando tierra firme para el balón y la contra en marcha llegó a Vilariño. Menudo pitonazo el suyo en el segundo palo. A la UD Ourense solo le dio tiempo a un postrero remate de Hugo. El lobo se fue por donde vino con tres puntos.