- Llegó la hora del adiós tras dos años defendiendo la portería de la UD Ourense.

- Como socio, no se retira uno. Lo de no seguir en el equipo, por una parte te lo esperas al ver que durante la temporada juegas poco. Samuel es un gran portero y ves que el club va ascendiendo y que la plantilla tiene que mejorar. En la portería es normal que trajeran a Lucas Sierra. Da pena tener que marcharte, pero es lo que toca. Dar las gracias por estos dos años, he aprovechado todas las situaciones que viví y me siento muy orgulloso de haber pertenecido al equipo de la ciudad dos años.

- ¿Algún borrón en el balance?

- Peros siempre hay. Quedar fuera de la final de Copa el primer año fue uno. El fútbol nos la debía y nos la devolvió. El dulce se hizo esperar, pero estaba rico de caray. A nivel personal, estoy muy contento por los dos años, por todo lo que conseguimos y por las sensaciones de jugar en el Couto. Para mí fue lo máximo. Desde pequeño, cuando jugabas en las categorías inferiores del Ourense, la mayor ilusión que podías tener era esa y yo he podido jugar con toda esa gente animando en partidos claves, que son los más bonitos. Cuando disputas la Copa o el primer puesto ves a la gente que sigue al club animando y apoyando. Es una sensación increíble.

- ¿Con qué momento especial se queda?

- A nivel personal, lo más emocionante fue la tanda de penaltis de la eliminatoria de Copa del año pasado contra el Santa Teresita. Por la situación que era, por dejar un equipo duro atrás y por dar un paso importante, fue un gran momento.

- ¿Prevalece la pena por irse o el orgullo por haber sido partícipe del despegue de la UD Ourense?

- Sin duda el orgullo de haber jugado estos años en el club. A nivel deportivo es lo máximo, por lo que sentía por el Ourense y por lo que siento ahora por la UD. La pena está ahí porque querrías jugar toda la vida en él, pero hay que dar el paso al lado. Llega gente nueva y toca apoyar para llegar de nuevo en unos años a Segunda B.

- ¿Qué opinión le merece la plantilla?

- Tiene muy buena pinta, aunque es lo de siempre en el fútbol: hay que jugar los partidos. La Primera Autonómica va a ser dura, ya es una categoría complicada, que nada tiene que ver con Segunda y Tercera, que son más light. Habrá equipos que jugarán bien en el Couto y que te crearán muchos problemas en sus campos, pero veo un muy buen equipo.

- El grupo humano deberá ser fuerte.

- Los que se han quedado son muy buenos compañeros, aparte de excelentes futbolistas. Con los nuevos no he tenido el placer de coincidir, pero imagino un grupo magnífico y un buen ambiente en el vestuario como hubo estos dos años.

- También se queda un hermano.

- Lo que le queda, madre mía (se ríe). Se llevó el trabajo a la playa.

- ¿Cómo ha sido la convivencia?

- Es mi hermano y tengo que aguantarlo (más risas), pero me dejaba a mi aire. Tenía libertad para jugar tranquilo y entrenar a mi manera. No se metía mucho.

- ¿Dónde jugará esta temporada?

- En el Outomuro, en Tercera. Ya había estado hace un par de años. Me gusta el equipo y la idea que hay y a ver si ascendemos.