A la Unión Deportiva Ourense le gusta la altitud. Cuanto más líder se siente, menos síntomas ofrece de vulnerabilidad. Ayer tenían los unionistas una visita de las difíciles, con la clasificación y la predicción meteorológica en la mano, pero no le dieron opción al rival. La racha de victorias llega a 15, toda una vuelta en positivo, y el colchón de puntos sobre el tercero sube a 10. La fecha del ascenso sigue acercándose y ya solo queda un gol para que la UD Ourense se ponga a cien.

Con el balón monopolizado, los unionistas empujaron a campo propio a un Caldelao que acusó el primer golpe. Demasiado pronto, a la salida de un córner. La especialidad de Xurxo, aunque no le hizo falta cabecear. Optó por la sutileza en el remate para anotar su quinto tanto esta temporada. El dominio careció de profundidad, pero qué prisa había. El único contratiempo de la primera parte fue el paso al lado que dio Diego Soto cuando notó molestias musculares. Roberto Dacosta fue el elegido para recomponer una medular en la que Julio Martínez y Omar ya se estaban imponiendo con autoridad.

El tono del partido no varió en la segunda parte, el tramo que sabe rentabilizar la UD Ourense. Aunque antes de marcar el segundo, casi reciben el empate. Lo salvó el portero Samuel alargando su brazo al límite, en un ataque por la derecha con remate afilado de Aitor.

En la réplica, Senén estuvo más preciso. Reaccionó el Caldelao con un espléndido cabezazo de Aitor, pero el intento de reacción ni pudo entrar en calor. Golpe por golpe. Unai no dejó escapar su segunda ocasión de la tarde para volver a encauzar la vigésima victoria de la temporada. Contra el Caldelao, el 24 de octubre del año pasado, empezó la escalada, una secuencia triunfal con la que los unionistas han alzado el vuelo hacia la Primera Autonómica.

En tres minutos cayeron dos goles más. Volvió Jorge a los terrenos de juego tras un paréntesis de dos meses. Se fue con un gran gol ante el Arnoia y regresó con una asistencia tras carrera por la banda de las que se agradecen. Senén lo hizo marcando y con un abrazo. Para pase, el último de Unai a Otero, que se siente más defensa, lo que no quita que tenga buen ojo en el área cada vez que le dejan intentarlo. El balón volvió a rodar y rodar hasta que el árbitro se lo llevó.