El Balonmán Pabellón de la Primera Autonómica femenina completó con derrotas la doble jornada del pasado fin de semana. El sábado perdía 26-14 ante el Caselas en Os Remedios y el domingo lo hacía en Tui por 29-14. En ambos partidos el guion fue similar. Un primer tiempo en el que las chicas de Richi parecía que podrían disputar el resultado final y una segunda en la que se vienen abajo y no son capaces de seguir el ritmo para estar a la altura del rival.

La falta de entrenamiento, al encontrarse parte del equipo fuera de la capital, puede ser la causante en parte de esta dinámica y también puede influir el hecho de que la plantilla que maneja el entrenador sea excesivamente corta para afrontar todo el partido en buenas condiciones. Además, la falta de acierto desde los extremos también penaliza el juego pabellonista.

Esta circunstancia se ve agravada con la baja de Antía Rodríguez, de cuya aportación se esperaba mucho en el entorno del equipo, pero su falta de confianza tras varias lesiones de tobillo le ha conducido a un período de descanso sin regreso establecido. Con este dibujo, al conjunto ourensano solo le queda como argumento los esfuerzos en la zona central.

Pero se va poco a poco diluyendo a lo largo del partido en un desgaste sistemático que los entrenadores contrarios leen perfectamente, y que aprovechan potenciando el trabajo defensivo en esta zona y despreciando, literalmente, las zonas exteriores.

De esta doble jornada la conclusión es bien clara. El equipo de Richi necesita mejorar en gran medida su efectividad en las zonas exteriores. No es suficiente con el trabajo de Ana Pérez, Elena y Elisa en el centro para sacar los partidos. Por encima necesitan recuperar la capacidad de jugadoras que pueden aportar muchísimo más en sus puestos. Tal es el caso de Sofía y Raquel, que se encuentran a un nivel muy por debajo de sus posibilidades. Bien en los primeros tiempos la portería defendida por Lucía Gómez, pero rendimiento irregular en las reanudaciones poniéndose a la altura del resto del equipo. Esperanza con las intervenciones de Michú, cuyo juego eléctrico puede venir muy bien al equipo en determinadas fases del partido.