Centenares de aficionados del Ourense se congregaron ayer en la Praza Maior de la ciudad para pedir la absolución de un equipo que el lunes será condenado al descenso a Tercera por impagos y que, como consecuencia inmediata, podría ser liquidado sin llegar a cumplir los 62 años de historia. Los seguidores lanzaron consignas contra los políticos y contra un sector del accionariado, pero sobre todo pidieron auxilio para una emergencia económica que tiene arreglo hasta las 12.00 horas del lunes.

Desde la plataforma SOSCDOurense se hizo una valoración positiva del eco que encontró la convocatoria entre la afición, aunque su representante, Modesto García, considera que la afluencia debió ser mayor porque el club se lo jugaba todo: "Debería haber sido mayor, pero me atrevo a decir que no estuvo mal. Ha habido más gente que en las dos reuniones que tuvimos en el Couto, vino con los colores del equipo y animó mucho".

En su intervención ante los aficionados, en la que acompañado en el escenario que se utiliza en las fiestas por Quino Iglesias y Carlos Bericat, como miembros de la asociación de exfutbolistas, Modesto García subrayó que la única condición que se tiene que dar para evitar la desaparición del Ourense es que el poder político colabore en la causa. "Hay gente dispuesta a entrar en el club. Lo triste es que el verdadero problema ahora mismo es el político", apuntó.

Insistió en que hay empresarios que podrían reunir la cantidad de dinero necesaria para retirar las denuncias "si tuvieran la seguridad de que lo fueran a respaldar" en la posterior negociación con Hacienda y la Seguridad Social que debe desbloquear las subvenciones. "Esto no se ha dado y hoy tocaba ejercer la presión ciudadana, para ver si así podemos conseguir algo".

En SOSCDOurense tienen claro cómo se evita la desaparición: "El tema es dar una garantía para ir a negociar con Hacienda. Faltan dos días, pero el dinero que hace falta para pagar a los jugadores se podría juntar. ¿Pero después qué hacen? Eso tiene que tener un respaldo posterior para seguir negociando y solventar el futuro de este club con un plan de viabilidad".

Modesto García lamentó que no haya mayor implicación de los cargos públicos: "Por lógica, el Club Deportivo Ourense en este momento no le ofrece garantías ni a Hacienda ni a la Seguridad Social y lo que necesita es un apoyo, un respaldo de la Diputación y el Concello. No se está pidiendo dinero. Es simplemente ese apoyo en base a unas subvenciones que se van a conceder en el futuro".

El colectivo de aficionados considera que esta crisis ha retratado a las instituciones ourensanas. "Por lo menos esto ha servido para desenmascarar un poco todo, para darnos cuenta de cuál es la situación. En otros sitios, y mismo en esta ciudad con otro club, no pasa esto. Si no saben cómo articular una solución política, que no olviden que a ellos también le pagan los socios del Ourense y los padres de los 280 chavales de la cantera. Y si no que pregunten cómo se hizo con la ampliación de capital de Club Deportivo Lugo o cómo apoyan en Pontevedra a un equipo que está en Tercera".

Con solo horas de margen para evitar el peor de los escenarios, al menos un sector de la afición se resiste a creer que toda esperanza es falsa. "Hay gente que está dispuesta a entrar, pero cada vez queda menos tiempo y están muy decepcionados por el apoyo institucional que han encontrado. Nos dicen que así es imposible, pero lo único que nos separa en principio es eso", explica Modesto García.

Desde SOSCDOurense se recalca que la salvación no pasa por una inyección de dinero público: "Es tristísimo que se deje morir a este club cuando no te están pidiendo ni un céntimo de euro. Es una tema de respaldo en el futuro, en base a unos ingresos que van a estar ahí. Que no digan que no se sabe si en el futuro estará presupuestada esa subvención para el Ourense. Me imagino que este club siempre va a tener subvenciones y un porcentaje se destinaría a pagar a la Seguridad Social y a Hacienda. Es tan sencillo como eso. La solución la tienen en sus manos y deberían hacer algo". El himno a capela puso punto final a una concentración que podría pasar a la historia como la postrera muestra de apoyo al Ourense de sus fieles.