El Ourense verá esta mañana la cara de la necesidad. El Alcalá le recibe con los latidos contados. Quedan 27 puntos y necesitan en torno a 20 para no irse a Tercera División. La fragilidad forastera de los complutenses les obliga a exprimirse en El Val. Allí se juega su posición confortable el equipo de Luisito después del batacazo que se dio hace una semana en O Couto ante otro perseguidor madrileño.

El entrenador del Ourense intuye un partido calcado. Rival áspero y correoso, hermético y volcado en las estrategias. Fogonazos y combate por el segundo balón en términos de Luisito, que quiere a los suyos en máxima alerta. Ha rebobinado la derrota contra el Sanse toda la semana para inculcarles a los suyos que se responde a la agresividad con la misma moneda.

Si el campo lo permite, Luisito también pretende que su equipo redoble la propuesta asociativa. Ha barajado en los últimos entrenamientos la opción de incorporar más capacidad para maniobrar con el balón a cambio de combatividad, por lo que Pillado podría volver a la titularidad en detrimento de Adil. El dilema no se resolverá hasta la comprobación in situ del estado del césped. Al Ourense le faltó audacia ofensiva en su último partido en casa y con un expediente impropio de ocasiones de gol no podrá rentabilizar la vena de acierto de su delantero Óscar Martínez. El de Taboadela ha marcado en los dos últimos desplazamientos a Gijón y Fuenlabrada y también vio puerta la última vez que jugó como rojillo en Alcalá, hace siete años, aunque no bastó para evitar que guillotinasen a Milo. La tensión y el drama han sido la tónica en los últimos cruces entre los dos equipos.

Para relevos ofensivos Luisito rescata a Sanginés y prescinde de Borja Valle. El único cambio seguro en el once rompe una racha de continuidad de la defensa. Portela se queda en casa con un tobillo maltrecho después de nueve titularidades, un registro que no alcanzaba desde octubre de 2010 por su infortunio con las lesiones. Campillo será su relevo en el eje defensivo. Al Ourense le han metido cuatro goles en los dos últimos partidos y un desliz ante el Alcalá, que esgrime a Rubiato como su argumento más inquietante, puede resultar nefasto. Los madrileños van abajo por marcar poco, pero por goles encajados deberían pelear por la promoción.