El Pazo asiste hoy a una final anticipada. Una derrota en Ourense condenará al Melilla a la última posición y al descenso directo, al menos hasta que comience a confeccionarse en los despachos la LEB Oro de la próxima temporada. El Club Ourense Baloncesto tratará de empujar a los melillenses para quitarse la amenaza de encima y conservar sus opciones de evitar el engorroso play out de permanencia.

Los dos equipos abordan el partido con buenas sensaciones. Los cobistas no acabaron con su mala racha forastera, pero derrotas como las de Alicante refuerzan la convicción de un grupo. En los melillenses se ha reverdecido la esperanza de evitar el fracaso más absoluto después de vencer al Lleida. Si repiten en Ourense, y potencial tienen, llegarían muy vivos a las tres últimas jornadas de liga.

Los entrenadores asumen la condición de cita límite. En el COB, Rafa Sanz tiene en cuenta el factor ambiental: "La afición ha estado muy bien en los últimos partidos y la vemos muy ilusionada con el equipo, eso también nos ilusiona a nosotros. Necesitamos que nos ayude en los momentos de flaqueza".

Sobre las características del rival, Sanz indicó que "Melilla es un equipo experto y con calidad, que todavía no ha dicho su última palabra. Hay que respetarles porque son un club histórico en la competición y porque tienen jugadores de buen nivel".

"Conozco a varios de sus jugadores y sé que se motivan en estos partidos mucho, y que querrán alargar sus opciones de salvación. Nosotros debemos ser nosotros mismos, y jugar con la máxima energía y cabeza a la vez", agregó en su análisis.

El técnico cobista señaló las posibles claves: "Debemos entender el partido como una prueba dura, compleja por la variabilidad táctica del rival que puede defender de varias formas para dificultar nuestro ataque. Tienen muchas variables defensivas, y las usarán todas. Además, habrá que defender muy bien las continuaciones de sus interiores".

El técnico cordobés intentó prevenir contra la ansiedad: "Hay que jugar bien en líneas generales, detrás y delante. Lo uno lleva a lo otro. Aquí no hay cambios como en balonmano de defensa a ataque. Jugar con respeto pero sin miedo. Y no entender el partido como un juicio sumarísimo. Ganar por un punto nos vale, no nos precipitemos ni busquemos el camino fácil y corto".

Por su parte, Gonzalo García de Vitoria asume que no hay margen de error y que el futuro depende de la victoria en el Pazo Paco Paz. "Todos los partidos que nos quedan son finales. Conseguir la victoria ante un rival directo, con lo que también supondría ganarle el average, hace que este encuentro sea muy importante para nosotros y si ganamos nos daría un poquito de fuerza mental. Esta semana ya se vio que hemos ganado un partido y las caras son muy diferentes".

En cuanto al rival, el bilbaíno destacó que la incorporación del norteamericano Gibbs ha multiplicado los recursos de un equipo que ha ganado sus últimos siete encuentros en casa de manera consecutiva. "Es un equipo que ahora está jugando menos a la carrera de lo que lo hizo en la primera vuelta, aunque siguen teniendo un contraataque muy determinante. Gibbs juega muy bien el bloqueo directo y el uno contra uno. Luego cuentan con los puntos de Barbour y de Kedzo en situaciones abiertas. También es importante el paso adelante que han dado Alfonso Sánchez y Pablo Movilla".

El efecto Pazo también figura en el análisis previo: "En su cancha son un equipo muy complicado de batir. Llevan siete victorias consecutivas en el Pazo y cuentan con una afición que apoya siempre al equipo. Me imagino que también el partido al ser televisado será un factor más que haga que lo quieran hacer bien y hacen que el partido de sea de máxima dificultad".

El técnico del Melilla no quiere escudarse en el atípico horario del partido: "Es lo que tiene la televisión, pero si queremos que nuestra liga se vea pues tenemos que adaptarnos a la situación. Si para que nos vean en Teledeporte tenemos que jugar a mediodía se hace. También en la Liga Endesa se juega a esa hora y no pasa nada".

Gonzalo García de Vitoria tampoco busca justificaciones en los problemas físicos que han castigado una semana más al conjunto melillense: "Hemos entrenado con nueve jugadores pero es un poco la situación de este año. Muchas lesiones, muchos problemas físicos. Hay que ser fuertes y saber que estamos en un momento de la temporada muy avanzado. No es lo que más nos gusta, pero no hay que poner excusas".