Deporte y solidaridad despidieron de la mano el año 2016 en Cangas. La San Silvestre Canguesa Correr e Andar reunió a más de 2.000 corredores por las calles del municipio en una prueba donde se buscaba recaudar alimentos para el comedor social, un objetivo cumplido con creces al alcanzarse los 2.100 kilos de comida donada. Y es que la participación fue masiva, récord, superando incluso la cifra del año pasado y rompiendo con todas las previsiones. Tanto fue así que la organización, que corrió a cargo del Club Atletismo Morrazo y de la Fundación Cangas Deporte, se quedó sin dorsales, teniendo que improvisar pintando los números en la mano de los últimos deportistas que se inscribieron.

Personas de todas las edades, desde abuelos a bebés en carritos, atletas acompañados por sus mascotas o grupos de amigos disfrazados para la ocasión, nadie quiso perderse una cita favorecida por el buen tiempo y por el hecho de dar la posibilidad de disputar la carrera o de tomárselo con más calma en la andaina. "El tiempo influye muchísimo, igual que el hecho de ser sábado o de tener andaina para que la gente pueda ir con carritos de bebé", señala César Núñez, presidente del Club Atletismo Morrazo. Xoán Chillón, concejal de Deportes de Cangas, asegura que "é unha proba que se consolida, unha festa familiar e solidaria, e que con boa climatoloxía está chamada a non ter límites".

La carrera salió de la plaza de abastos para tomar por Pedra Alta, Avenida de Vigo, Avenida de A Coruña, Reboredo y Atranco para acabar en el punto de partida tras recorrer cuatro kilómetros. Los que optaron por la andaina enfilaron desde la alameda vieja hasta el paseo de Rodeira y regresar. Y todos ellos se quedaron al final a compartir la chocolatada con roscón y a participar en el sorteo de regalos cedidos por diferentes establecimientos comerciales.