Decepcionado y escocido por la abultada derrota se mostró el entrenador del Frigoríficos del Morrazo, Víctor García, "Pillo", a la conclusión del encuentro. El técnico reconoció que una de las claves del choque fue el no haber sabido contrarrestar la velocidad que imprimió a sus acciones de contragolpe el cuadro rumano en el arranque del duelo. "No supimos frenar su segunda oleada en esos primeros minutos del partido", señaló, pero también añadió al meta Ionut Iancu como uno de los elementos decisivos en la clara derrota canguesa. "Estuvo muy bien, con 18 paradas", afirmó el pontevedrés.

Con todo, Pillo asume que aparte del acierto del portero rumano, fue su equipo el que estuvo especialmente espeso en el juego ofensivo. "Su defensa no nos dejó jugar y abusamos del juego por el centro, en lugar de abrir a zonas exteriores y anchear un poco más el campo", señaló. Ese inicio en el que el CSM Bucuresti marcó distancias condicionó el devenir del encuentro, "ya que luego fuimos a remolque y a contracorriente". Además, desveló los problemas físicos de Adrián Rosales, que le obligaron a variar su planteamiento defensivo, que inicialmente era un 3.2.1 con el lateral en las funciones de avanzado. "Sufrió un bajón de azúcar y tuvimos que cambiar", apuntó.

Por los demás, el técnico de los cangueses no se mostró excesivamente conforme con el arbitraje de los macedonios Mitrovski y Todorovski. "Fueron demasiado permisivos con su defensa, muy contundente, y luego estuvieron excesivamente meticulosos con tonterías", manifestó el preparador de los de O Morrazo. El equipo entrena hoy en Rumanía y tomará un vuelo por la noche con destino a Madrid, en donde pernoctará antes del duelo de mañana ante el Puerto Sagunto.