Javi Santana no pasará por el quirófano. El portero del Frigoríficos del Morrazo no tendrá necesidad de someterse a una intervención quirúrgica para solucionar la rotura de ligamentos de su tobillo derecho, sufrida en el transcurso del penúltimo partido de la temporada ante el Cuatro Rayas Valladolid. El jugador canario, de acuerdo con los servicios médicos del club cangués, apostará por un tratamiento conservador que le permita recuperarse en un plazo de tiempo aproximado de un mes.

Santana está llevando a cabo un tratamiento intensivo de fisioterapia y rehabilitación con la fisioterapeuta del Cangas, Iria Santomé. "Estoy mejorando poco a poco, la inflamación ya bajó bastante y ahora hay que seguir con mucha precaución y mover el pie lo menos posible", relata el guardameta, que deberá acometer, asimismo, un plan de fortalecimiento de la musculatura de la zona. La previsión es que en un mes pueda estar ya dado de alta y disfrutar plenamente de unas vacaciones más merecidas que nunca. "He de tener tranquilidad, paciencia y hacer los deberes para poder recuperarme lo antes posible", asegura.

El portero del Frigoríficos fue, sin lugar a dudas, uno de los grandes protagonistas del final de temporada del equipo cangués, no solo por sus intervenciones bajo palos y sus problemas físicos, sino por el hecho de disputar el último y decisivo partido de Liga, ante el Villa de Aranda, conociendo ya que padecía una rotura de ligamentos. "A veces hay que anteponer las necesidades del club a las de uno y hacer un esfuerzo", señala, sin darle excesiva importancia a su gesta.Eso sí, aún tiene arrestos para comentar con humor que "me han infiltrado más veces en los dos últimos meses que en toda mi carrera deportiva, pero lo genial es que se consiguió el objetivo de la permanencia".

Santana puso de este modo fin a una extraordinaria temporada de un equipo con un importante déficit de experiencia en la élite, pero que supo suplirlo con una entrega sin límites. Su gesto de jugar lesionado ilustra a la perfección el esfuerzo de una plantilla en la que hombres como Levente, Adrián o David también supieron forzar para jugar en la fase decisiva de la competición.