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Dani Méndez, el regreso del goleador pródigo

El delantero llegó del Arzúa para disfrutar y pelear por el ascenso junto a sus excompañeros y amigos

El delantero del Piloño Dani Méndez, ayer, en Lalín. // Bernabé/Javier Lalín

Dani Méndez fichó por el Piloño procedente del Arzúa el pasado mes de febrero en una incorporación que dio lustre a la candidatura del equipo dezano al ascenso. Los goles del pequeño delantero lalinense eran lo que necesitaba un proyecto con muchos veteranos, algunos de ellos viviendo una segunda juventud. Allí, en medio de viejos amigos, Dani Méndez espera divertirse. Tras ser padre, la exigencia diaria del Arzúa se le hacía demasiado grande y sabía que en el equipo de Julio Alberto podría encontrar un buen vestuario y al mismo tiempo un lugar en el que pelear por un bonito objetivo, conseguir el primer ascenso de la historia del Piloño a Preferente. De momento, su impacto no ha podido ser mayor. En los seis partidos que ha disputado ha marcado cinco goles, un regalo para un equipo dispuesto a pelear con uñas y dientes hasta el final.

Dani Méndez ve al Piloño peleando por el ascenso. "Veo al equipo con opciones. Puede que de primeros o segundos pero pelearemos por el ascenso. Estamos capacitados siempre que nos respeten las lesiones, porque tenemos una plantilla un poco justa y con muchos veteranos, entre los que me incluyo", explica. "Nos quedan por delante solo siete jornadas y es ahora cuando la veteranía juega una baza importante. Hasta ahora una plantilla corta te podía penalizar, porque podías perder tu sitio en el pelotón, pero, una vez llegados a estas alturas y si estás ahí, la veteranía ayuda. Es bueno jugar partidos decisivos con gente como Marquiños, Imanol, Maceiro, Matías, Javi López o yo, con muchas batallas encima. En esos momentos es cuando hay que demostrar que mereces ascender y la experiencia es un grado", añadió un delantero que considera claves las próximas cuatro jornadas.

El jugador lalinense se encontró cómodo en su adaptación al Piloño, con una plantilla con la que ya había jugado en su mayoría. "Sabía lo que me iba a encontrar, incluso Julio, el entrenador, es amigo de mi pandilla, e Iván Fernández, el segundo, también es muy amigo mío", explicó un hombre contento por el salto. "No daba seguido el ritmo de entrenamientos del Arzúa. Acabo de ser padre y se me hacía mucho entre eso y el trabajo. Aquí sin embargo tengo libertad para ir a los entrenamientos que pueda. La exigencia es mucho menor. El cambio de categoría se nota. Dicen que las categorías están para algo y es cierto", afirma el delantero.

"Sé que con mi fichaje las expectativas aumentaron pero yo vengo del Arzúa, no de Primera División. Es una categoría por encima. Un jugador no puede cambiar un equipo por completo y la temporada que está haciendo el Piloño hasta ahora es espectacular. Eso se lo ganaron ellos. Yo ahí no tuve nada que ver", remarcó.

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