La vida deportiva de Rebo ha estado ligada desde los 18 al fútbol sala. Al igual que muchos de sus compañeros de generación atravesó por los numerosos equipos que hubo en A Estrada y que convirtieron el Coto Ferreiro en uno de los pabellones de fútbol sala más reconocibles de Galicia. Quince años después, el jugador estradense ha decidido seguir el mismo camino que otros antes que él y colgar las botas. Lo hace reconociendo que echará de menos la competición y el gran grupo que hay actualmente en el A Estrada Futsal.
"Es una decisión difícil porque el grupo es muy bueno. Aquí todos somos amigos y nos lo pasamos bien juntos. Llevo sin embargo en el fútbol sala desde los 18 años. Son quince temporadas y cada vez me costaba más entrenar por la semana. Entrenamos tres días por semana y costaba salir de trabajar e ir al pabellón. Era casi una obligación. No era algo que quería, sino obligado. La segunda mitad de la temporada se me hizo especialmente dura, así que decidí que era el momento de dejarlo", explica el jugador estradense.
Rebo lamentó sin embargo no poder cerrar su etapa como jugador en activo con un ascenso. "Fue una pena no conseguir el título de Tercera porque en los últimos cuatro años llegamos con opciones a las últimas jornadas. Un poco de rabia sí que te queda pero creo que ya di todo lo que tenía que dar. No me veo otro año aguantando todos los entrenamientos semanales. Echaré de menos la competición pero no el día a día", afirmó. "No me veo con fuerzas para aguantar un año más".
Rebo viene además de una dura temporada en el plano físico. "Rompí el abductor dos veces a comienzo de temporada y hasta enero no pude meterme en el equipo. En ese momento estábamos en una dinámica súper positiva. La gente andaba como aviones y a mí, después de cuatro meses parado, me costó ponerme a su ritmo. No se trata sin embargo de un problema físico, sino de motivación. Me apetece jugar al tenis, ir a correr o quedarme en el sofá si me apetece", afirmó.
Quince años en el fútbol sala han dado para mucho a un hombre que no esconde su satisfacción por todo lo vivido. "La valoración es muy positiva. Yo venía del fútbol. Hasta juveniles estuve en el Callobre y después me metí en el fútbol sala. A partir de ahí estuve en todos los equipos que se hicieron en A Estrada. Fui a jugar a Cerdedo y a Marín, hice muchos amigos y soy el último de una gran generación en la que ya se retiraron todos. Me llevó una gran experiencia e incluso he ganado cosas. Fui campeón con el América-Archi, con el Reale o con el Cerdedo. Me lo pasé genial".
El jugador reconoce que ha llegado el momento de un relevo generacional en el fútbol sala estradense. "Entró gente como Ulla, Martín Varela o Edu. Son jugadores que vienen de fútbol, como lo hicimos nosotros en su día. Al principio les costó pero este año ya estuvieron más a gusto y están siendo cada vez más importantes. Es su momento de tirar e intentar conseguir esa liga que se nos negó en los últimos años".
Rebo espera tomarse ahora un tiempo de descanso lejos del fútbol sala. "Podía mirar de entrenar a algún equipo de categorías inferiores pero por el tema del trabajo me es imposible. Me tomaré un tiempo de descanso y apoyaré al equipo desde fuera. Bajaré de vez en cuando a los entrenamientos cuando tenga mono. Puede que algún día vuelve de alguna forma pero ahora necesito un tiempo para mí".
El jugador del A Estrada Futsal se marcha alabando además el camino seguido por el club estradense con la puesta en marcha de las categorías inferiores, algo de lo que siempre careció el fútbol sala estradense. "Es algo que están haciendo muy bien y muy difícil. Ahora mismo en A Estrada hay deportes de todo tipo y el fútbol tira mucho. Sin embargo creo que la gente se va enganchando poco a poco al fútbol sala. Este es el camino porque la época de los extranjeros ya pasó. La supervivencia del fútbol sala estradense pasa por esa cantera".
