El Club Deportivo Lalín quiere cerrar cuanto antes la contratación de un nuevo entrenador. Consumada la marcha de Tamayo tras la derrota en casa del Piloño, la directiva que preside Marcos Torres apura las conversaciones para dar con la pieza que falta en el vestuario rojinegro y se ha dado de plazo hasta mañaña para conseguirlo. Ayer mismo, el conjunto del Cortizo hacía oficial la destitución de Tamayo con un escueto comunicado en el que se dice que la entidad "comunicó a Alberto Tamayo su decisión de prescindir de sus servicios como técnico de este equipo". Tal y como adelantó FARO DE VIGO, los responsables del Lalín dieron por acabada la etapa de Tamayo "después de analizar la situación deportiva, y el club tomó esta resolución buscando siempre lo mejor para el Club Deportivo Lalín". En el escrito de la junta directiva también se le agradece al técnico ourensano "el trabajo realizado desde que en diciembre del año pasado se hiciera cargo del equipo, al tiempo que le deseamos todos los éxitos en su carrera deportiva". Brais Vila, segundo de Tamayo, dirigiría al equipo ante el Sigüeiro en el caso de no encontrar un recambio para el banquillo lalinista.

La destitución de Tamayo obliga ahora a los dirigentes del Lalín a trabajar contrarreloj para encontrar a la persona idónea que enderece el rumbo de un equipo cuyo único objetivo es el de ascender a final de temporada. Tres hombres forman el abanico de posibilidades sobre los que trabajan los mandatarios lalinistas. Se trata de Nando, Toño y Herrero. Todos ellos tienen en común haber formado parte del club tanto como jugadores como, en algún caso, pertenecer al cuerpo técnico de los del Cortizo. La directiva de Marcos Torres quiere darle las riendas del equipo a alguien de la casa capaz de revertir una situación que todavía se está a tiempo de enmendar.

Nando es, quizás, uno de los mejor situados para optar al banquillo del Lalín. Su contrastada trayectoria como jugador, formando parte de uno de los conjuntos del Cortizo que mejor fútbol hizo en los últimos tiempos, y la buena relación que mantiene con la Escola de Fútbol Lalín le hacen merecedor de la confianza de la directiva lalinista. Sin embargo, sus obligaciones laborales podrían echar por tierra su contratación para hacerse con la dirección técnica del Lalín.

Otro que goza de predicamento necesarios como para sentarse en el banquillo dezano es Toño, que comparte con Nando la virtud de mantener contactos con la EF Lalín puesto que, como aquel, tiene experiencia entrenando a varios conjuntos de la base escolar. En su caso, el principal inconveniente sería tener que decir adiós al Bandeira de Segunda Autonómica, equipo que entrena esta temporada, y que se encuentra en plena lucha por mantener la categoría.

Por último, Herrero completa el trío de aspirantes al banquillo lalinista, y es el que lo tendría menos complicado para aceptar una hipotética oferta. Herrero ha pasado por casi todos los estamentos de la entidad después de ser jugador y, también, entrenador. A su favor tiene el perfecto conocimiento del club y un amor a los colores inquebrantable. Junto a Herrero, Toño y Nando también ayer circulaba el rumor de que Luis Bermés podría hacerse con el puesto, aunque este término fue desmentido rotundamente por Marcos Torres.