El Estudiantil terminó dando por bueno el empate sin goles cosechado ayer en el campo del recién ascendido Paiosaco. Ni uno ni otro equipo lograron acertar con la portería contraria en un duelo con pocas ocasiones de gol. Las más claras fueron para un Estudiantil al que los nervios le pasaron factura y que cometió demasiados errores individuales.

Los locales se estrenaban en la categoría y, tal y como se esperaba, pusieron mucha más intensidad que los de Loimil en la disputa. Solo con su esfuerzo fueron capaces de llevar el mando en la medular y de robar muchos balones con los que salir a la contra. Esas contras fueron sin embargo bien controladas por un Estudiantil que solo sufrió en balones colgados al área y en faltas laterales. Los de Raviña se mostraron especialmente imprecisos en una primera mitad en la que tuvieron el fuerte viento en contra, un factor que ayudaba a la labor de destrucción del Paiosaco.

A pesar de sus defectos, los visitantes hicieron incluso méritos para llevarse los tres puntos de esta jornada inicial. Lo habrían logrado si Iker, en una jugada que sacó un defensa cuando tenía todo a su favor para marcar, o Mateo, en un disparo que encontró con la respuesta del meta local, hubiesen aprovechado las dos ocasiones más claras para su equipo.

El Estudiantil debuta en casa el próximo fin de semana recibiendo al Dumbría.