El Céltiga vuelve a meterse en problemas. Los isleños sumaron ayer su tercera jornada sin victoria, una situación que les sitúa en la 16ª plaza y pendientes de lo que pueda suceder con los equipos que vienen detrás. Los isleños no jugaron un mal partido, pero se encontraron con un Somozas que exhibe músculo y pegada. Los coruñeses, pese a fallar un penalti por mediación de Gerardo, pudieron cerrar el encuentro en los primeros minutos, aunque después se encontrarían con un Céltiga respondón que mereció algo más que la derrota.

Fueron los visitantes los que empezaron dominando. Más que por juego por contundencia en las áreas, materia en la que Duque se erigió en principal ariete. Solo necesitó de tres minutos para mandar su primer balón al larguero tras un perfecto control orientado con el pecho. Pero aún habría una segunda oportunidad para probar su violento golpeo tras un saque de esquina que finalizó en una volea que la madera repelió varios metros fuera del área.

Tras los sustos tempraneros, el Céltiga trató de presionar más cerca de la portería rival. Ello le sirvió para mantener al Somozas más controlado. Incluso el Céltiga se permitió el discutirle la tenencia de la pelota ante un rival más vertical en sus actitudes ofensivas.

Las pérdidas del esférico se estaban convirtiendo en origen de los escasos acercamientos a las zonas de remate. En una de ellas, Eloy Fariña consiguió ganarle la espalda al lateral izquierdo para ceder a la llegada de Uru, cuyo remate cruzado se fue ligeramente desviado.

El avance de los minutos daba la sensación de ver a un Somozas cada vez más adaptado al rol de equipo de contraataque. Adrián Camiño fue agrandando su presencia en la medular y empezaba a jugarse cada vez más en la mitad del campo defendido por los visitantes. La defensa de los de Manolo Núñez colapsó bien las conexiones con la tripleta Duque-Monroy-Gerardo provocando un apagón ofensivo curiosamente en un día de poca luz en el Salvador Otero.

En el vestuario del Somozas se optó por un cambio de plan para la segunda mitad, dando entrada a Silas por Fran Monroy, una decisión que, a la postre, resultaría acertada para los de Míchel Alonso. Sin embargo, fue Eloy Fariña el que la tuvo primero con un cabezazo manso a las manos de Javi Seral tras un gran servicio de Stefan. La caída de Duque a banda derecha dio pronto rédito cuando un centro suyo derivó en un penalti decretado por supuestas manos de Marcos que discutió toda la parroquia local. Gerardo mandó la pelota fuera, pero el partido ya había entrado en fase de ebullición.

Los coruñeses volvieron a asomarse por las inmediaciones de Manu Táboas con un remate mordido de Gerardo pocos segundos después de marrar el penalti.

El balón parado empezaba a tomar un papel predominante. Precisamente de un córner surgió un gol anulado a Silas por fuera de juego. El Céltiga se recompuso pronto del susto y Uru dispuso de una buena situación que no acertó a resolver.

La velocidad del juego ya había subido muchos enteros. Uru volvió a controlar un balón dentro del área, pero tampoco pudo conectar el remate. Nico estaba entrando como cuchillo caliente en mantequilla creando mucha preocupación en el Somozas.

El balón parado cumplió su amenaza en el minuto 80 cuando Silas remató un córner solo en el segundo palo para desgracia local. El Céltiga buscó la reacción y Capi la tuvo pero no acertó a rematar delante del área pequeña.