Ha tardado, pero el Arosa parece haber encontrado un patrón de juego para comenzar a escalar posiciones en la tabla y acercarse a su objetivo al inicio de temporada, luchar por los puestos de play off. Ayer jugó un encuentro muy serio en Barraña, ante un rival directo en esa lucha, el cual cuenta con jugadores de mucha calidad. Los arlequinados maduraron el encuentro, sufrieron, pero en tan solo tres minutos, los que van del 74 al 77, dieron dos zarpazos que les garantizaron la segunda victoria consecutiva de esta temporada.

Los hombres de Jorge Otero saltaron al campo con la intención de llevar la batuta del encuentro, sacando el balón jugado desde atrás y presionando muy arriba para forzar el error del Boiro. Esos mimbres, permitieron a los arlequinados gozar de varias ocasiones claras de inicio, con un disparo de Manu Justo excesivamente cruzado o un mano a mano de Javi Pazos que no consiguió superar a Reguero. En esos compases iniciales, el Boiro no se encontraba nada cómodo, ya que sufría demasiado para sacar el balón y las pérdidas en medio campo eran una constante. Su primer acercamiento con cierto peligro no llegó hasta el minuto 22, en un disparo lejano de Pablo Pillado que atrapó Sergio Lloves bien colocado.

A medida que pasaron los minutos, la contienda se fue igualando, pero las ocasiones caían del lado visitante, como un robo de balón de Manu Justo cuyo centro no encontró rematador. La última ocasión clara de la primera parte volvió a ser arlequinada. En esta ocasión, Javi Pazos no fue capaz de superar a Reguero tras un gran pase de Iago Beceiro.

En el segundo tiempo, el Boiro dio un giro a todo su plan inicial. El técnico coruñés dio entrada a Cano y Hugo Sanmartín para buscar mayor profundidad y velocidad en sus acciones. La entrada de los dos jugadores mejoró la cara a los locales, que tomaron las riendas del encuentro y estuvieron a punto de encontrar su premio en un disparo de Cano que se estrelló en el lateral del poste.

Ante el empuje local, los arlequinados dieron un paso atrás, pero para buscar el contragolpe, algo que consiguieron en el minuto 60, en un ataque en el que Beceiro disparó sin contemplar otras opciones y el balón se acabó escapando por la línea de fondo. Con la entrada de Sylla en el campo, los de Jorge Otero mejoraron notablemente y comenzaron a aprovecharse del nerviosismo local, muy necesitado de buenos resultados que no llegan. El propio Sylla tuvo un mano a mano ante Reguero que no supo definir. Fue el preludio del tanto visitante, que llegaría en el minuto 74 en una internada de Suso Martínez, que combinó con Javi Pazos, y el taconazo de este, dejó solo a Yerai Couñago para que fusilase a Reguero. Los vilagarcianos conseguían abrir la lata y dejaban muy noqueado a su rival, que veía como, tan solo tres minutos después, Manu Justo sorteaba a todos los rivales que le salían al paso para ceder un balón que Javi Pazos solo tuvo que empujar. El segundo tanto mató a los locales, que incluso estuvieron cerca de ver como se ampliaba el marcador, pero el remate de Marcos se fue al poste.