Si el encuentro de ayer entre Céltiga y Rácing Vilalbés hubiese sido un combate de boxeo, los isleños se habrían llevado los tres puntos por golpear más que su rival, pero el fútbol es cuestión de goles, y en esa faceta, los locales han tenido su principal talón de Aquiles durante toda la temporada. Ayer no fue una excepción. El Céltiga tuvo más ocasiones y tuvo más el balón, pero se le atragantó la compacta defensa de los de Óscar Gilsánz, e incluso, los visitantes tuvieron alguna opción de sumar los tres puntos gracias a la movilidad que siempre muestra el temible Gerardo.

La primera mitad arrancó con ambos equipos tanteando al rival, aunque muy pronto se desataron las hostilidades. Fue el Céltiga el que tuvo la primera ocasión, en un balón en profundidad que permitió a Ramón plantarse solo ante Marcos Souto, pero el delantero isleño cruzó en exceso el balón y remató fuera. Era el minuto dos y el partido parecía animarse, con los locales presionando con mucha intensidad e incomodando al rival, y buscando a Ramón, el estilete elegido por Edu Charlín para este encuentro. El Céltiga se fue haciendo con el control del partido, gracias al trabajo en el centro del campo, pero no encontraba ese último pase que pudiese romper la estructura defensiva del Vilalbés.

Los lucenses no consiguieron inquietar a Marcos Bermúdez hasta el minuto 22, en un centro mordido de Gerardo en el que el meta isleño midió mal, pero acertó a sacarle el balón a Rubén de la cabeza cuando este se disponía a rematar. Los dos equipos se enzarzaron en un intercambio de golpes, en el que la ocasión más clara fue para Villares en el 26, en un disparo cruzado que obligó a Marcos Bermúdez a una buena estirada para evitar el tanto. Tan solo un minuto después, en un saque de esquina, el balón se paseaba por toda la portería hasta impactar en un defensa y estrellarse en el larguero de la portería local. El mejor jugador del Vilalbés, el delantero Gerardo, también tuvo su ocasión en el minuto 32, al recibir un balón en el corazón del área, revolverse bien y soltar un latigazo que se fue lamiendo el palo de la portería local.

Un tímido disparo de Ramón, que atrapó sin problemas Marcos Souto en el minuto 35, fue la única incursión de los isleños en ataque en una fase del encuentro en la que el campo se inclinaba a favor del Vilalbés. De hecho, los lucenses respondieron de forma inmediata, con un disparo de Álex que se fue alto por poco.

Poco antes del descanso, el Vilalbés encontró el premio que buscaba. Una gran combinación entre Sergio Arias y Villares finalizó con el pase de la muerte a Gerardo, que cayó derribado en el área en una pugna con David Castro. El árbitro no dudó en señalar la pena máxima ante las protestas locales. Gerardo no falló y puso en ventaja a su equipo.

El Céltiga se lanzó a por el empate, y en el 43, Jonathan se plantó solo ante el meta visitante tras una buena jugada, pero su disparo lo repelió con acierto Marcos Souto. Eran los peores momentos para el Vilalbés, que dio un paso atrás para defender su ventaja y evitar la igualada antes del descanso, un objetivo que consiguió.

Nada más arrancar la segunda mitad, el Céltiga consiguió igualar la contienda. Era el minuto 48 cuando Jonathan se sacaba un disparo que, tras golpear en un contrario, acababa en el fondo de la portería visitante.

Los locales buscaron el segundo, pero Ramón se encontró hasta en dos ocasiones con Marcos Souto, en la primera de ellas lanzándose a los pies del delantero isleño y en la segunda metiendo una mano salvadora a un disparo casi sin ángulo que enfilaba hacia la portería. Eran los mejores momentos locales, que acosaban a su rival conscientes de la importancia de los puntos en juego. Sin embargo, al Céltiga le faltaba definir, un mal que ha estado pagando durante toda la temporada. La falta de gol volvió a quedar patente en un saque de esquinan en el minuto 75, cuando tras varios rechaces en el área, Pablo Berros fusiló pero su disparo se escapó por encima de la meta de Marcos Souto.

En los últimos instantes, el encuentro se convirtió en un correcalles. Con el tiempo reglamentario cumplido, Diego tuvo en sus botas el tanto de la victoria, pero su disparo se marchó rozando el larguero visitante. Todavía hubo tiempo para una contra de Yun, que se plantó solo ante el portero visitante, pero no supo resolver, y su posterior centro para el disparo de Javi, acabó siendo rechazado por un defensa.