El debut del Xuven como local esta temporada se convirtió en toda un oda al baloncesto, pero también a todos lo que supone un deporte de equipo. Desde el compromiso a la generosidad, extremos de un compendio de virtudes y valores que han hecho del cuadro de Manu Santos un auténtico ejemplo a seguir.
El Aceitunas Fragata Morón salió escaldado de O Pombal. No tuvo opción ni de asustar a los cambadeses ante un derroche de intensidad que les sobrepasó por todas partes. El ritmo impuesto por los locales se hizo notar desde el mismo arranque. El balón corría a una velocidad espectacular, pero los sevillanos aguantaron bien los primeros estoques (22-19).
El inicio del segundo cuarto sería el principio del fin para los visitantes. Un parcial de 12-0 en medio de una exhibición de espíritu defensivo local dejó al Morón medio noqueado. Casi cinco minutos se pasó sin encontrar un solo camino franco al aro el conjunto de Javier Fijo. Además, y al igual que en termino del primer cuarto, Shota Gelazonia cerró el último segundo con una canasta que dejó el marcador en 43-33 al descanso.
Cuando parecía que el partido se igualaría (44-37), Charles entró en una explosión anotadora con canastas desde todas las distancias (55-39). A la fiesta se sumó un Juan Rubio que realizó un portentoso mate tras recoger en el aire un pase de Erik Quintela.
Los andaluces buscaron en el cambio a zona y en la calidad de Alo Marín sus salvoconductos hacia la esperanza, pero enfrente estuvo un Xuven demasiado sólido que solucionó su fase de errores en los lanzamientos con un escandaloso dominio del rebote ofensivo con Gelazonia y Don como principales instigadores de esa ferocidad bajo tablero. Lo sucedido en el último cuarto fue la guinda a un gran banquete de baloncesto. Un parcial de 30-12 plasma la diferencia de alma entre uno y otro equipo.
Esta noche el Xuven durmió líder con la esperanza de que la realidad no se convierta en sueño.
