Tras haberse quedado a las puertas de vivir su segunda experiencia como competidor olímpico con su hermano, el regatista Antón Paz ha comenzado a explorar nuevos horizontes para continuar ligado al mundo de la vela, e incluso, poder formar parte en el futuro, de uno de los equipos de la Copa América. A la búsqueda de ese objetivo, Paz ha comenzado a entrenar con barcos de la Clase A, embarcaciones que, literalmente, vuelan por encima de las aguas y que son una de las antesalas de los Fórmula 1 del agua.

"Continuar en la carrera olímpica es algo que está muy complicado, tanto a nivel deportivo como económico, ya que resulta difícil conseguir patrocinadores, por eso he optado por diversificar y comenzar a probar en este tipo de barcos", explica. La Clase A son muy similares a un catamarán pero con un foil en forma de T que hace que el barco se eleve por encima de las aguas y solo mantenga contacto con el mar a través de las orzas y los timones. Ese efecto, al limitar el rozamiento con la superficie del agua, provoca que la embarcación alcance velocidades de hasta 28 nudos.

La adaptación a la nueva embarcación está resultando más rápida de lo habitual, sobre todo porque Antón Paz cuenta con una gran experiencia en el manejo de catamaranes.

Ejemplo de ello es la medalla de oro olímpica que alcanzó en Pekín en 2008 en la Clase Tornado, un premio que supuso un esfuerzo continuado de una década, lo que le permitió manejar a la perfección la navegación en catamaranes. "El manejo de este barco es muy similar, con la diferencia de la velocidad y de que no tienes un compañero, tan solo vas tu solo, además de tener que llevar casco, porque con las velocidades que se alcanzan, un impacto contra el agua puede resultar muy peligroso", explica.

Paz se encuentra en plena fase de adaptación a la embarcación, "acumulando sensaciones y tratando de entender como funcionan estos barcos para comenzar a competir y a mejorar". Su primera experiencia competitiva la tuvo hace tan solo 15 días, cuando participó en el Campeonato de España de la Clase A, donde consiguió, pese a estar comenzando, una meritoria décima plaza sobre un total de 23 participantes.

"Es cierto que no existía un gran nivel, pero mi principal objetivo era centrarme en las técnicas para hacer volar el barco y adquirir sensaciones en competición; las veces que lo conseguimos, completamos buenas mangas y estamos progresando".

El próximo paso será el de participar en el circuito de M-32, donde "me gustaría estar este año" y comenzar a escalar diferentes categorías hasta llegar a la Fórmula 1 del mar, los barcos de la Copa América.

Este camino es uno de los que está explorando Antón Paz para continuar ligado al mundo de la vela y poder sumar nuevas experiencias a las que ya acumula, destacando entre todas ellas la de haber logrado, junto a Fernando Echavarri, una medalla de oro en las Olimpiadas que se celebraron en Pekín en 2008, a lomos de un barco de la Clase Tornado, clase que dejó de ser olímpica ese mismo año.