El Ribadumia ha conseguido en lazar, por primera vez en la temporada, dos victorias consecutivas, seis puntos que le permiten insuflar aire a sus pulmones y que le reafirman en su filosofía de juego, que al fin, se ve respaldada con resultados. La victoria de ayer tuvo algo de épica, no solo por lograrla ante un rival directo que apretó mucho para conseguir la igualada antes de que Changui cerrase el encuentro, sino también porque se consiguió en medio de un auténtico temporal de lluvia y viento, especialmente en la segunda mitad, que obligó a los aurinegros a adaptarse a esas condiciones. Por su parte, los coruñeses ven truncada su buena racha y se quedan a tan solo cuatro puntos del descenso, que en estos momentos marca el Ribadumia

Los locales, desastrosos en defensa durante el primer tiempo, se vieron superados en todas las facetas del juego por un Ribadumia que ha apostado por una filosofía de juego y la ha mantenido siempre, pese a que los resultados no le hayan acompañado.

La primera parte la dominó por completo el equipo visitante gozando de varias ocasiones para anotar más goles y con un Changui muy inspirado que volvió loca a la defensa durante todo el partido.

El veterano delantero se encargó de abrir el marcador muy pronto, cuando tan solo habían transcurrido dos minutos de juego. La punta de lanza de los de David Sierra recibió un balón de Julio Rey en la frontal del área y colocó el cuero en la escuadra izquierda de Pajarillo, que poco pudo hacer ante el envenenado disparo.

El Negreira se veía superado y perdía balones con mucha facilidad en el centro del campo debido a la intensidad que mostraba el Ribadumia en el centro del campo, que le aseguraba mantener al rival lejos de su portería y rondar el segundo tanto.

Fruto de la presión visitante, llegó el 0-2. Rodri perdió el cuero en el centro del campo, y el contraataque del Ribadumia lo culminó Hugo con Pajarillo vencido. Era el minuto 25 y los visitantes tenían dominado por completo el partido, pero llegaron los problemas en forma de elementos meteorológicos. La lluvia y el viento comenzaron a arreciar en los instantes finales de la primera parte, y se incrementarían en una segunda en la que los aurinegros tuvieron que adaptarse a unas condiciones de juego que no son las que les definen.

En ese descanso, José Manuel Pose, técnico del Negreira, dio entrada a Iván y Jacobo Tato para ganar en posesión y verticalidad, tratando de paliar las escasas llegadas al área rival

La jugada le salió bien al Negreira, que comenzó a dominar y consiguió recortar diferencias en una acción que fue muy protestada por los visitantes. Javi Otero fue derribado en el área, y Hernández González decretó penalti en el minuto 60. Adrián Quintairos se encargó de transformarlo pese a que Javi Sánchez rozó el cuero con los dedos.

Pese a reducir diferencias y quedar todavía muchos minutos por delante para intentar la igualada, el Negreira se hundió físicamente y recibió la sentencia cuando el partido ya agonizaba.

Changui hizo doblete y machacó las esperanzas locales a falta de diez minutos para la finalización del encuentro. Una buena jugada de Nando (que había entrado sustituyendo a Hugo para refrescar el ataque visitante) por la banda derecha permitió al delantero de Boiro rematar a placer y cerrar el envite con tres puntos que colocan al Ribadumia muy cerca de los puestos que dan la salvación.

Los de David Sierra se van de vacaciones tras conseguir seis puntos muy valiosos. Los dos resultados esperan complementarse con una tercera victoria el próximo año ante otro rival directo, el Galicia Mugardos, que visita A Senra el próximo 3 de enero.