El Arosa se encuentra sumido en una profunda crisis que ayer se cobró su primera víctima, el portero Javi Sánchez, al que la comisión deportiva arlequinada decidió dar ayer la baja un mes después de traerlo. Pero el problema no acaba aquí, ya que ayer los jugadores protagonizaron un plante y se negaron a entrenar en las dependencias del Manuel Jiménez por las presiones que están recibiendo algunos de ellos por parte de un sector de aficionados. De hecho, directivos, cuerpo técnico y jugadores se encontraban reunidos al cierre de esta edición en A Lomba para tratar de buscar una solución.

La marcha de Javi Sánchez era algo prácticamente cantado. El meta andaluz llegó el pasado mes de octubre con la misión de dar consistencia defensiva al Arosa y jugó el encuentro de O Barco, donde los arlequinados consiguieron la victoria por 0-3. La sorpresa se la llevó el meta cuando en el siguiente encuentro, con el As Pontes, fue suplente, decisión que no entendió. Sánchez estalló antes del derbi en Boiro y se negó a acudir al otro lado de la ría como suplente, por lo que Piscis decidió recurrir al meta del equipo juvenil, Sergio.

La comisión deportiva decidió rescindir la vinculación ayer con él, pero se encontraba después con un problema todavía más grave, la decisión de los jugadores de suspender el entrenamiento por lo que consideran un "acoso" de determinado sector de la afición y la filtración de una serie de comentarios del interior del vestuario que no han sentado nada bien a la plantilla. El divorcio entre una parte de la plantilla y otra parte de la afición se viene repitiendo desde hace varias jornadas, pero estallaron con un tweet ofensivo de Adrián Camiño tras el encuentro con el Negreira y en la despedida que sus compañeros tributaron a Juanjo. El capitán arlequinado borró, a las pocas horas su comentario, pero el mal ya estaba hecho. El club optó por sancionar económicamente a Camiño y el jugador pidió disculpas, pero el malestar ha seguido creciendo hasta explotar en forma de crisis muy grave.