El Arosa se acomoda en el liderato y nada mejor que una victoria en el derbi saliniense para reforzar la línea de trabajo marcada por Piscis. El Ribadumia opuso más brega que buen fútbol, pero lo cierto es que en cuanto a virtuosismos tampoco anduvo demasiado espléndido el cuadro local, que al menos, se lleva tres puntos que le mantienen como líder invicto y además en solitario.

La rigidez de ambos equipos en el arranque parecía obedecer a un respeto compartido. Era una especia de puesta en escena del guión preestablecido, pero de una manera tibia. El balón era el objetivo de ambos, pero quizá era más importante como reaccionar cuando no se tuviese. Quizá ello fuese lo que contribuyó a que la primera fase del encuentro brillase más por su espesura que por su fluidez.

A falta de lucidez en el último cuarto de campo, el Arosa trató de explotar sus virtudes en el balón parado. Primero con un saque de esquina que Fandiño mandó al limbo en su remate. Mucho más clara fue la siguiente acción poco después cuando el debutante Cardeñosa desaprovechó un perfecto servicio de Aitor Díaz para mandar su cabezazo por encima del larguero.

Los visitantes captaron rápido el mensaje. Sabían que su fútbol pasaba por tener más tiempo el balón y lo intentaron, aunque fuese en zonas de escasa trascendencia. En ello tuvo también mucho que ver la óptima sincronía del los de Piscis a la hora de tapar las vías de conexión ofensivas con una muy buena ocupación de los espacios.

Aunque con bastantes dificultades, el Ribadumia empezó a acercar el balón un poco más a la portería de Jorge Pérez. Un lanzamiento lejano de Hugo fue su primera manifestación en vertical. Quizá también el reflejo de una mejor disposición sobre el terreno de juego. Changui comenzaba a aparecer tratando de combinar y sacar a los centrales locales de su zona y oxigenar de paso la bienvenida del balón al campo ofensivo.

El Arosa había perdido un poco el sitio a la hora de tener el balón. Cuando lo recuperaba no era capaz de dar con la tecla para gestionarlo con criterio. A ello unía una clara falta de amplitud por las bandas, lo que contribuía a minimizar sus posesiones. En esas el Ribadumia empezaba a dar síntomas de querer acercarse más a la portería de Jorge Pérez. Un disparo que se fue a córner de Fran Matos fue otro de los síntomas de la mejoría de los de David Sierra.

Por contra, el Arosa seguía inmerso en una negrura evidente en su juego. Hugo Soto apenas entró en juego en toda la tarde por lo que las opciones de crear peligro se reducían al balón parado, donde cada vez el Arosa dio claras muestras de sus capacidades. Sin ir más lejos, su mejor ocasión llegó nuevamente a un servicio de Camiño desde banda izquierda que otra vez Cardeñosa remató con la rodilla obligando a Manu Táboas a realizar una intervención espectacular y plena de reflejos.

De lo que pudo ser el 1-0 se pasó a un último tramo de la primera parte en el que el Ribadumia se sintió dominador. Una subida por la izquierda de Óscar Río se resolvió con un perfecto servicio al segundo palo donde apareció Julio Rey, pero no consiguió conectar un disparo limpio ante la oposición de Aitor Díaz cuando ya se temía lo peor en la grada. Un posterior centro chut de Paco que se fue ligeramente por encima del larguero se convirtió en la acción previa al paso por vestuarios.

Piscis dio entrada a Cabanyes por un Eloy tocado tras varios encontronazos, pero apenas hubo cambio en el dibujo. Changui en su primer disparo obligó a intervenir a Jorge, pero mucho más mérito tuvo la aparición de Manu Táboas para sacar un remate desde la frontal de Fandiño que llevaba trayectoria hacia la escuadra derecha de la portería visitante.

Los locales habían entrado en su mejor momento de fútbol. Tenían más la pelota y el Ribadumia se vio obligado a ceder metros ante el mayor peso del juego arlequinado. Incluso todo el campo de A Lomba gritó gol en un cabezazo de Sylla que terminó marchándose fuera por muy poco. Sin embargo, a la contra el Ribadumia también mostró sus recursos. Un providencial cruce de Cardeñosa frustro una clara situación de gol para Agus tras una perfecta asistencia al espacio de Changui.

El partido se animó, pero en ambos casos era más un quiero y no puedo a la hora de encontrar vías por las que penetrar a portería. Sierra buscó soluciones en el banquillo y sustituyó a un ovacionado Julio Rey en su retorno a A Lomba. Nuevamente el Ribadumia tuvo una contra más que interesante pero Agus falló en el último pase.

Parecía como si los dos equipos se hubiesen liberado de los corsés tácticos a medida que avanzaban los minutos. Ello dio lugar a un partido más abierto y con mayor presencia en las áreas, si bien era el Arosa el que asumía el mando a la hora de la elaboración. La entrada de Dani Bea también tuvo su evidente reflejo en una mayor mordiente ofensiva. Un centro-chut suyo metió el miedo en el cuerpo a los aurinegros que devolvieron la moneda a balón parado, pero el remate de Pablo Silva en el segundo palo no tuvo más consecuencias que las de un pequeño susto.

Los diez últimos minutos estaban llamados a grandes emociones. El partido estaba totalmente roto y el Arosa tocó a rebato hacia la portería visitante. Primero la tuvo Cabanyes, pero su disparo dentro del área se volvió a encontrar con un inspirado Táboas. No se quedó ahí el desesperado intento de los de Piscis por conseguir los tres puntos y poco después llegó el premio.

Una falta en la línea de fondo que el propio David Sierra calificó de "evitable" fue determinante. Camiño sacó su buen pie y puso el balón en el corazón del área. La defensa del Ribadumia no acertó a despejar y el balón suelto cayó a Rubén que conectó un zurdazo imparable para darle los tres puntos a su equipo. Incluso Cabanyes pudo ampliar las diferencias pero su disparo a puerta vacía, tras una excelente acción de Dani Bea, terminó siendo repelido por el larguero.

Ya no quedaba tiempo para más y el Ribadumia vio como se le escapaba un punto mientras el Arosa solventaba con éxito su primera defensa de un liderato que ahora ostenta en solitario.