El Ribadumia sufrió ayer para sacar algo positivo ante uno de los gallos de la categoría. Los aurinegros llegaron a ponerse por delante en el marcador, pero su afán por conseguir los tres puntos estuvo a punto de costarle muy caro, ya que terminaron el partido con dos jugadores menos, al ser expulsados Nando y Jon, y pidiendo la hora.

Los pupilos de David Sierra, conscientes de la necesidad que tienen de puntos, comenzaron el encuentro dispuestos a encauzar el encuentro cuanto antes, apropiándose del balón y tratando de acercarse a la meta que defendía Reguera. El Boiro esperaba agazapado y tuvo la oportunidad de adelantarse en el minuto 8, pero Cano no acertó a conectar con el balón a la salida de un córner. La intensidad que estaba mostrando el Ribadumia tuvo su premio a los 20 minutos, cuando Nando aprovechó una serie de errores de la zaga coruñesa para fusilar a Reguera desde el borde del área pequeña.

El tanto dio empaque a la escuadra local, que presionaba de manera intensa en la línea de creación boirense, que no acertaba a mover el balón con criterio y mantenía desasistidos a sus jugadores más en punta. El primer disparo claro a portería de los coruñeses no llegaría hasta el minuto 30, pero Rodri Iglesias consiguió detener el tiro de Hérbert en dos tiempos.

Al regreso de los vestuarios, la situación cambió. Los coruñeses se pusieron el traje de faena y comenzaron rondar la meta local. Iglesias sacó un mano a mano a Rivera y Cano mandó fuera un cabezazo por muy poco. El Ribadumia recurría a las faltas para frenar el aluvión de juego visitante, una decisión que le acabaría pasando factura. En el minuto 69, el autor del gol acababa expulsado por un agarrón, lo que provocó que la intensidad visitante se acentuase todavía más. El Boiro pudo empatar en una doble acción de Rivera y Stefan en el minuto 82, pero no lo conseguiría hasta el 84, cuando Rivera, en posición dudosa, habilitó a Hérbert para fusilar a Iglesias. Antes del final, todavía sería expulsado Jon.