El Bergantiños impuso a su paso por A Illa su pegada. Ese fue el factor diferencial de un encuentro en el que futbolísticamente las cosas estuvieron mucho más equilibradas que en lo goleador.

La llegada del sol primaveral al Salvador Otero no varió la suerte del Céltiga en lo que a sus problemas ofensivos se refiere. La ausencia de Rubén Márquez por sanción no hizo más que hurgar en una herida llamada falta de gol que se volvió a repetir en los primeros 45 minutos ante el segundo clasificado de la Tercera División. El 0-2 convirtió el partido prácticamente en un pacto de no agresión. Los de A Illa resignados a su suerte y los del Bergantiños sin ánimo de derrochar mucha más energía.