Los porteros y el poste (en el caso de los locales) han dejado al Deportivo y el Sevilla sin lo que buscaban en Riazor, tres puntos que ayudaran a los hispalenses a acercarse a Europa y a los coruñeses a quedarse a dos puntos de la permanencia.

No pudo ser por las paradas de Rubén Martínez y de David Soria en un partido que fue de alternativas tras el descanso y que acabó con los dos equipos volcados para romper unas tablas que nunca se deshicieron.

El Sevilla dio prioridad lógica a la final de Copa del próximo sábado ante el Barcelona. Para el Deportivo, la final era la cita con los andaluces. Después de haber ganado otras dos (Málaga y el Athletic) tras la peor serie de partidos sin ganar de toda su historia en Primera División (quince), los coruñeses tenían la oportunidad de acostarse a dos puntos del Levante.

A pesar de las rotaciones y de mensajes de amistad en las redes sociales, el Sevilla dejó claro desde el principio que no llegaba de paseo a Riazor, que iba a presentar batalla. En el primer minuto, un choque entre Geis y el exsevillista Krohn-Dehli dejó a este tocado y le obligó a pedir el cambio antes del descanso.

El cuerpo a cuerpo fue para los andaluces en la primera mitad, en la que rozaron el 70 por ciento de la posesión y cinco remates entre los tres palos. El primer aviso, a los cuatro minutos, lo dio el mexicano Miguel Layún con un disparo en la frontal que atajó en dos tiempos Rubén Martínez.

El Sevilla hizo correr a los locales y exploró diferentes vías para presentarse con peligro en el área del Deportivo. Antes del primer cuarto de hora, una triangulación de los de Vincenzo Montella permitió a Sandro llegar a la línea de fondo y a Carlos Fernández rondar por primera vez el gol con un disparo que se le marchó al lateral de la red. Acumularon ocasiones, pero les falló la puntería. Lo mismo que en el segundo tiempo en el otro lado. Porque el Deportivo, en botas de Lucas Pérez, tuvo oportunidades para llevarse el partido. Los balones en largo permitieron al Depor tener esas ocasiones que le hubieran dado algo más de vida en este tramo final en el que buscan un milagro cada vez más lejano.