El Club Marítimo de Vigo, uno de los organizadores del Europeo de Láser, aunque de reciente creación, se proclama heredero de la entidad del mismo nombre que fue obligada a fusionarse con el Real Club Náutico de Vigo tras la Guerra Civil. Las dos sociedades fueron vecinas, rivales, socias, una esqueje o alimento de la otra, según la época y la perspectiva; se espera que amigas en el futuro.

El Náutico es la casa madre en esta relación. El club vivió una primera etapa entre 1906 y 1910 para refugiarse después como sección dentro del Vigo Sporting -que se fusionaría con el Fortuna para crear el Celta-. El Náutico resurgió después en 1926. El Marítimo nace de una escisión en su seno. Cuatro remeros, Manuel Cañizo, José Puig, Manuel Puid y Agustín Rivas, se proclaman en desobediencia o son expulsados, quizás por devolver un bote tarde o navegar por aguas prohibidas. La leyenda no es muy precisa en este aspecto. El cuarteto buscará aliados para fundar el Marítimo en una fecha igualmente confusa. En todo caso, es realidad innegable a comienzos de los treinta.

El Marítimo se especializará en remo, natación y waterpolo mientras el Náutico se concentra en la vela. La nueva entidad tiene éxito. Superará el millar de socios, cuadruplicando los del Náutico. Además, presume de progresismo. "Democracia y libertad" es su lema. El Marítimo es el primer club español que organiza competiciones específicas para mujeres. Crea también la Travesía a Nado de la Ría de Vigo, a la que invita a una campeona francesa. Se van enrolando jóvenes de apellidos ilustres, Corbera, Sanjurjo, Iturbe, en rebeldía muchas veces contra la etiqueta de sus clanes. Agustín Rivas Villanueva preside el Marítimo y el club se significa por sus simpatías republicanas, aunque lo cierto es que la composición y adscripción política de sus socios es variada.

Concesión de la estación

Esa fuerza emergente tiene su reflejo a nivel administrativo. El Náutico, que atraviesa dificultades, con su sede en el Hotel Universal tras el desguace del barco Klosofic, renuncia a competir por la concesión de la estación de pasajeros del puerto. La obtiene el Marítimo. Es un negocio que contribuye a su popularidad.

A la postre, la vinculación con la República determina el destino del Marítimo. En 1940 se fuerza la fusión de "los señores socios del Real Club Náutico de Vigo y los productores del Club Marítimo", según reza la propuesta oficial.

El Marítimo fue así engullido en la práctica. Ningún documento se conservó en los cajones del Náutico. Su memoria se mantuvo viva en el amor de los que lo compusieron. El padre de Seoane, aunque había peleado en el bando franquista, bramaba de dolor por su desaparición. También lo añoraba el tío de Franco Cobas. Cuando Cobas presidió el Náutico, con Seoane entre sus colaboradores, propusieron recuperar al Marítimo como doble enseña, como sucede en Bilbao. La propuesta no cuajó. Ya fuera ambos del Náutico, ellos y otros participaron en 2012 en la fundación de este nuevo Marítimo, presidido por Zulema Prado y que no resucita legalmente al anterior pero sí en espíritu o al menos para atenuarse la nostalgia. Manolo Seoane encontró el diseño de su grímpola, las letras C y M flanqueando un ancla sobre la bandera de Vigo, en unos papeles que adquirió en una subasta en Barcelona. Siguiendo este dibujo se ha confeccionado la enseña que en octubre volverá a ondear en las aguas de la dársena central.