El campo del Carballal vive hoy la inauguración de sus remodeladas instalaciones con la disputa a las 19.00 horas de un partido entre el Lavadores Veteranos y el Bandeira, dos de sus inquilinos. El Gran Peña, su principal ocupante durante los últimos años, no intervendrá en los actos o lo hará, en todo caso, al margen de la ceremonia oficial, organizando una protesta. El club grampeñista y el Concello siguen sin ponerse de acuerdo sobre las condiciones de uso del campo.

El Gran Peña denunció la semana pasada que el Concello quería empezar a cobrarle por el uso de un terreno que habían usufructuado de forma gratuita. Fue cuando la cancha era de tierra. Ahora es de hierba artificial, además de haber experimentado otras mejoras por valor de 1,2 millones. La directiva grampeñista también lamentaba que se le obligase a poner y retirar las pancartas publicitarias cada fin de semana. Aceptaba de buen grado que la gestión de la cantina fuese municipal.

El alcalde intervino en la polémica el pasado viernes, asegurando que las condiciones de uso por parte del Gran Peña se mantendrían. Ese mismo día directivos del club se reunieron con el concejal de Deportes, Manel Fernández, y técnicos de su departamento. Los directivos afirman haber abandonado la reunión con la certeza de que disfrutarían del Carballal sin pagar. Sin embargo, al enviar ayer la programación de horas que el Concello les había solicitado, un técnico les ha comentado que la necesidad de pagar sigue en pie. De ahí que se quejen y hoy protesten.

La versión municipal introduce sus propios matices. El Gran Peña tenía a equipos de algunas categorías en otros campos, como As Travesas y el Federativo de Coia, en los que sí pagaba. El Concello le ofrece reunir a todos los equipos en el Carballal, sin cobro para los que ya empleaban el campo y pagando por aquellos que estaban fuera. De esta forma entienden que se cumpliría el compromiso del alcalde. Aunque el Gran Peña sostiene que otros clubes de la ciudad no pagan por sus campos, desde el Concello indican que está en marcha un proceso de regularización y que eso sucede en instalaciones que todavía no se han adecentado. El Concello ha propuesto otras fórmulas y sigue abierto a negociaciones, pero siempre cumpliendo las normas dictada por sus servicios jurídicos.