El Rápido de Bouzas culminó de la mejor forma posible un año histórico. Tres puntos conseguidos en Navalcarnero que aúpan aún más, si cabe, al equipo vigués a la zona de privilegio de la zona clasificatoria. Desde la propia entidad navalcarnereña no escatimaron elogios al considerarlo como el mejor equipo que ha pasado por allí esta temporada. No es para menos, ya que los de Borja Jiménez cuajaron un partido en el que fueron claramente superiores durante buena parte del mismo.

La mejor muestra, cuando Anderson se marchaba sustituido, la grada local le despidió con una sonora y merecida ovación. Unos aplausos que, al término del encuentro, recibiría el equipo al completo ante una afición que supo reconocer su superioridad. Y es que tan solo en los últimos minutos del partido, con lo exiguo del marcador y con más corazón que cabeza, apretaron los de Julián Calero.

El primer aviso lo daría el conjunto madrileño cuando apenas se habían disputado tres minutos de encuentro. Un córner botado en corto por Ónega permitía a Joaquín, pichichi del equipo, empalmar un disparo que se marchaba lamiendo la cruceta de la portería defendida por Brais. Pero poco tardaría en reaccionar el conjunto vigués, que asustaría a Isma Gil con un buen zarpazo desde la frontal del área que se marchaba alto y con un centro al área de Caba al que no llegaba Anderson por poco. Colo dispondría de una nueva ocasión, en una jugada personal dentro del área, que no llegaba a entrar.

El premio al dominio llegaría en el minuto 29, con una falta botada en el perfil izquierdo del terreno de juego y el cuero llegando al segundo palo, dónde Trigueros se alzaba por encima de todos y remataba con la testa ajustado al palo izquierdo de la portería madrileña. Poco antes del descanso, lo intentaba Anderson, aprovechando un centro de Deivid, con un remate que se marchaba ajustado al palo de la portería rival. Pero no se movería más el marcador antes de llegar al descanso.

Misma historia en el arranque del segundo periodo. Empezó mejor el Navalcarnero, que buscó el empate en jugadas a balón parado, pero, despertó el Rápido de Bouzas y en una buena jugada a la contra, Isma encaraba a su tocayo, el cancerbero madrileño, que malograba el que pudiera ser el tanto de la tranquilidad.

La buena defensa viguesa impedía cualquier atisbo de peligro madrileño. Barbosa, en el minuto 66, lo intentaba con un buen testarazo que terminaba con el esférico en las manos de Brais. Pero, acto seguido, Anderson le ganaba la partida claramente a Stevens, se marchaba por banda derecha y solo la actuación providencial de la zaga local impedía que subiera el segundo.

Barbosa tendría una doble oportunidad, la primera, con un remate, apurando línea de fondo, ante la salida de Brais, que desbarataría la defensa gallega, y la segunda con un zarpazo desde la frontal que tampoco encontró su objetivo. Respondería el Rápido con otra internada de Isma por banda y en la que topaba con el guardameta madrileño, que malograba la ocasión.

El asedio del equipo navalcarnereño se acentuaría en los últimos minutos, buscando constantemente saques de esquina y lanzamiento de falta. Triunfo logrado, merecido y buscado, en definitiva, por el Rápido de Bouzas ante otro de los equipos llamados revelación del presente campeonato en la categoría de bronce.