La directiva del CD Serranos, un equipo de Valencia, ha despedido al entrenador de su equipo alevín por haber ganado 25-0 al Benicalap C. Los dirigentes creen que el técnico incumplió las directrices que ha marcado el club a la hora de gestionar victorias abultadas. Según informa El País, el abogado del entrenador asegura que éste en ningún momento conminó a sus pupilos a buscar un marcador sonrojante. El de las goleadas es un tema de recurrente debate en las categorías inferiores, que clubes y federaciones abordan de muy diversa manera.

La Federación Gallega no contempla, como otras, que dejen de contarse los goles a partir de determinada diferencia. "Los chicos saben cuántos goles están encajando y sufren igual", sostiene Enrique Guenaga, delegado federativo en Vigo. Guenaga tampoco es partidario de dividir los partidos en cuartos, de forma que el marcador se reinicie de cero en cada uno y el partido se resuelva en función de cuántos parciales ha ganado cada escuadra. Se practica en diversos torneos. "Si has ganado 8-0 y al siguiente cuarto vuelves a estar 0-0, vas otra vez a buscar con ansia los goles. No es la panacea".

La Federación Gallega ha instrumentado su propio sistema entre prebenjamín y alevín, que busca la confección de ligas igualadas mediante la decantación. "Existen dos categorías por cada tramo de edad. En la primera intentamos aislar a los equipos más goleadores. Y después volvemos a dividir cada categoría en dos grupos en función de la clasificación de la primera vuelta, para que en la segunda vuelta todos los rivales sean más parejos".

Ningún método puede impedir que haya grandes diferencias competitivas porque también es diferente la naturaleza e intención de cada club. "El Celta es una selección de los mejores y golea siempre, a veces incluso al segundo clasificado", comenta Guenaga, contrario a emplear tácticas dilatorias. Él prefiere ayudar a que los jóvenes no conviertan las derrotas en frustración. "No puedes decirle a un niño que juegue para atrás. El fútbol también es competición. Durante toda la semana le has enseñado a jugar, a ganar y a perder".

En el Serranos ordenaban a los entrenadores a que obligasen a sus equipos a dar once o doce pases antes de rematar a portería. Daniel Costas, el presidente de la Asociación de Fútbol Aficionado Vigués (Afavi), si bien secunda la apuesta de la Federación Gallega, entiende que podrían añadirse algunos paliativos creativos, como que "no se pueda presionar el saque del portero a partir de un resultado que indique que el partido ya está resuelto".

En el Celta no creen demasiado en soluciones que supongan renunciar a la portería contraria. Carlos Hugo García Bayón, coordinador de las categorías inferiores, piensa que "la mejor forma de respetar al adversario es ir a ganar".

"Yo he estado en los dos lados", advierte Bayón. "Cuando comencé a entrenar, dirigía a una alevín que comenzó perdiendo por más de diez goles todos sus partidos y no marcaba ninguno. Los chicos no se venían abajo ni lo veían como una humillación. Buscábamos retos para ir progresando, como marcar un gol, y poco a poco fuimos mejorando".

Ahora dirige la principal cantera de Galicia, acostumbrada a arrasar en las competiciones locales e incluso en las autonómicas. "Yo sé lo poco provechoso que es una goleada para el que gana", acepta. "Nuestros porteros y nuestros defensas nunca se ven en riesgo máximo. No es bueno para su crecimiento. A nosotros nos gustaría tener los dos equipos de cada edad en la misma liga, porque el equipo B tiene nivel. Pero no nos lo permite la normativa".

La filosofía que defiende el Celta se sustancia en una rutina: "El equipo busca el gol, está obligado a celebrar cada uno y luego vuelve al centro del campo dispuesto a activarse. Es la mejor forma de respetar al rival, mucho más que llegar hasta la línea de fondo y volver a atrás". Los chavales están advertidos: "Sí que no le damos importancia al resultado. Realizamos el informe sobre cómo juega cada futbolista y el equipo, no sobre cuántos goles se han marcado".