El Gestibérica, proyecto en el que participaron varios miembros de la Asociación Quino Salvo, ha sido el último proyecto profesional de baloncesto masculino en Vigo. Cuatro temporadas de esfuerzos y entusiasmo, con amarga conclusión. De los jugadores que pasaron por Vigo se recuerda especialmente a Tractor Traylor, el NBA recientemente fallecido. Pero también jugaron en el Central un puñado de jóvenes talentos emergentes. Y entre los que cuajaron, David Navarro Brugal, escolta catalán, que acaba de completar una extraordinaria temporada con el Morabanc Andorra.

El Morabanc ha sido, a expensas de lo que suceda con el Valencia en las finales de ACB, el conjunto que más cara ha plantado al Real Madrid esta campaña en territorio nacional. Los andorranos estuvieron a punto de eliminar a los blancos en cuartos de la Copa del Rey y en esa misma ronda, en liga, forzaron al límite a los hombres de Laso. "La temporada ha sido muy buena en Andorra. El objetivo era intentar mejorar las temporadas anteriores. Lo hemos conseguido. Hemos entrado en la Copa del Rey. Nos tocó el equipo más difícil, el Real Madrid, y estuvimos a punto de eliminarlos, con ese campo atrás tan famoso de Llull. Era o no era", recuerda Navarro. "Pero también nosotros cometimos errores y supongo que al final ellos fueron los justos vencedores. Estamos orgullosos del trabajo que hicimos. Y en los play offs también hemos estado muy cerca. Llegamos empatados a los tres últimos minutos del tercer partido. Consiguieron ganarnos por su calidad. Esperamos que el club siga creciendo".

El exterior catalán llegó al Morabanc en la temporada 2013/2014, cuando todavía militaba en LEB. Ascendió a la conclusión de aquella campaña. Navarro se ha mantenido siempre como pieza esencial. En el ejercicio recién concluido ha promediado 6,2 puntos, 2 rebotes, 1,7 asistencias y 6,5 de valoración en 19,7 minutos por partido. Su futuro está en el aire. "No lo tengo decidido", revela. "Están contentos conmigo. Me han planteado una oferta de renovación y estamos negociando".

El escolta, de 34 años, ha pasado por Manresa, Olesa de Montserrat, Santiago de Compostela, Vigo, Logroño, Girona, Valencia, Menorca y Valladolid, además de Andorra como destino provisional y su Esparraguera natal como inicio. Con Galicia ha mantenido el vínculo. Su mujer es de Porriño. Pasa las vacaciones en la villa del Louro y ayer asistió a la presentación del Campus Quino Salvo. Habla de cuando lo tuvo de jefe en el Gestibérica: "Tuvimos tres entrenadores antes que él. Intentó cambiar el ritmo del equipo. Vino con mucha energía, con mucha fuerza. Intentó darle esto al equipo. Fue complicado. Acabamos descendiendo. Llegó cuando el equipo estaba último. Llegamos al play off de descenso. Caímos eliminados. Pero tengo muy buen recuerdo de él. Me hizo jugar. Me puso de base". Le queda grabado sobre todo "la forma que tenía de decir las cosas. Era peculiar. Al principio lo hacía con bromas, con gracias, para intentar tener un buen ambiente en el equipo, pero buscando el máximo de nosotros".

A Navarro le extraña que Vigo no haya conseguido un sitio permanente en las principales categorías del baloncesto masculino español. "Es una pena. Lo he pensado varias veces", asegura. "Es extraño que no haya un proyecto de baloncesto masculino de nivel con lo que es la ciudad de Vigo. Guardo muy buenos recuerdos del Gestibérica. Aquel año el pabellón se llenaba y había mucha ilusión. Hay buenas instalaciones. Es raro que no se haya vuelto a intentar y que no haya un equipo profesional. En Vigo podría haber un proyecto bonito".

Quizás el primer paso sea ese Memorial Quino Salvo, que en su primera edición, con un Obradoiro-Joventut como acto central, volvió a llenar las gradas del Central. La segunda edición se celebrará en septiembre, entre los santiagueses y un rival por concretar, pero de Euroliga. "En pretemporada todos los equipos buscan amistosos. Y genial si es para recordar a jugadores como Quino. Ojalá siga muchos años", desea Navarro.